"Ellos creían que iban a pasar un día más ahí, y eso significaba que podían morir"
Oriundo de Gorbea, el capitán de Carabineros, Axel Höger Guzmán (34), ingresó a la Escuela de Formación en el 2005 con la meta puesta de transformarse en piloto. Nunca imaginó que, años después, se convertiría en uno de los protagonistas de un complejo rescate en la montaña.
El exestudiante de Ingeniería Civil de la Universidad de La Frontera y actual piloto de la Sección Aérea de la Zona Control Orden Público fue quien ubicó a los 11 excursionistas que pasaron 48 horas perdidos en el volcán Lonquimay. En exclusiva, conversó con El Austral sobre el operativo.
-¿Cuáles eran los factores que hacían difícil este rescate?
-Lo más difícil de esta operación era el desconocimiento que se tenía respecto a los posibles lugares que ellos iban a recorrer. Se desconocía por dónde habían subido, si contaban con equipamiento adecuado o si tenían alguna ruta a seguir. Además, las condiciones meteorológicas no eran las mejores, el volcán estaba completamente cubierto con un metro de nieve que había caído la noche anterior. Era un sector muy amplio y no teníamos un lugar para acotar la búsqueda.
-¿Cómo fue el momento en el que logran dar con ellos?
-En un momento determinado, y cuando ya teníamos bastante reducido nuestro tiempo de vuelo, decidimos patrullar hacia la parte baja del área noreste del volcán. Cuando hacíamos la última vuelta, vi que al fondo se veían puntos muy pequeños con movimiento. "Me parece que están a nuestra izquierda, veo movimiento", dije. A la siguiente vuelta, aproveché de usar el zoom de mi cámara hacia donde vi que había movimiento. Ahí vi a las personas que nos hacían señas y nos acercamos. Mientras buscábamos un punto de aterrizaje, veíamos que se abrazaban y se daban la mano: sabían que los habíamos encontrado.
-Una vez ubicados, ¿cómo fue el rescate?
-Cuando nos posamos, las condiciones de combustible apremiaban y por lo mismo no era factible permanecer mucho rato en el lugar. Donde los ubicamos, habían ocho personas, porque tres habían salido a buscar ayuda. Hubo que tomar una decisión rápida y eso significó que subimos a las tres personas que podían caminar para trasladarlos mientras nuestro paramédico y el equipo Gope identificaba quiénes y cuántas eran las personas con hipotermia. Si hubiésemos decidido trasladar a esas personas (con hipotermia) primero, a lo mejor no hubiésemos podido volver al lugar porque hubiésemos llegado muy limitados en combustible para volar a una zona segura.
-¿Y qué decidieron hacer?
-La mejor opción, y lo que hicimos, fue que mientras los Gope estabilizaban, montaban las camillas e intentaban acercar a las personas con hipotermia al lugar del aterrizaje, trasladamos a la zona segura a los tres que podían caminar y pudieron subir al helicóptero. Eso fue súper rápido. A ellos los fuimos a dejar a Malalcahuello, con Carabineros, y entre ir y volver nos demoramos menos de cinco minutos.
-¿Qué les dijeron ellos al subir al helicóptero?
-Gritaban de alegría, de felicidad, daban las gracias. Estaban eufóricos porque consideraban pasar un día más ahí, y eso significaba que las cuatro personas con hipotermia podían morir. No tenían ninguna posibilidad de sobrevivir ahí. Por eso creo que el rescate fue en el momento preciso, en el lugar preciso.
-¿Qué reflexión le queda del caso de estas 11 personas extraviadas?
-A veces, las personas tienden a confiarse de su experiencia, pero la experiencia no significa necesariamente saber enfrentarse a situaciones adversas (…) Con todo lo que nos ha tocado ver, las personas se confían y creen que la experiencia les da seguridad. Generalmente, no consideran las condiciones meteorológicas, no llevan los implementos necesarios, extralimitan sus capacidades, y eso les lleva a cometer errores que a veces cuestan la vida de una persona o un grupo completo.
-¿Y qué sensación le queda a usted, sobre su trabajo?
-Me pongo en el lugar de ellos, lo que sintieron cuando vieron el helicóptero volando sobre ellos. Ahí queda una sensación gratificante, que luego de sintiendo que pueden morir, pasan a sentir en el helicóptero de Carabineros la protección, de quienes llegan a su rescate.
"(Los primeros rescatados) estaban eufóricos (...) creían que iban a pasar un día más allí, pero no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir bajo esas condiciones". "Solo una vez en Malalcahuello pudimos comunicar que los habíamos encontrado, que no sabíamos el estado de salud de cada uno, y que volvíamos por el resto". "Muchas veces, la gente extralimita sus capacidades, confía mucho en su experiencia y eso les lleva a cometer errores que cuestan incluso la vida"."
de los extraviados se refugiaron en la nieve, improvisando una especie de "iglú". Allí los ubicó Carabineros. 8
años tenía Patricia Hadjes Muchnik, la única fallecida. No resistió el frío, que durante las noches alcanzó incluso los -12° Celsius. 50