En algo así como tres años y medio, la región menos desarrollada del país ha tenido cuatro intendentes y quien ha sido designada en forma reciente durará como siete meses, tiempo que transcurrirá en medio de unas elecciones que pueden no sean masivas en cuanto a participación, pero en donde abundarán las descalificaciones y acusaciones. Cada vez que la Presidenta designa a un nuevo intendente, la Región sabe de antemano quién fue el parlamentario que obtuvo el nombramiento y se entiende que por ese lado hay que caminar, lo que provoca inmediatas reacciones de otros sectores políticos, que no titubean en reclamar a las autoridades del Ministerio del Interior por causas ciertas y otras banales.
A veces es tan pedestre el camino de las expulsiones de intendentes, que el diputado Chahin -que se decía era el amigo del intendente depuesto- fue llamado por un subsecretario para que hiciera llegar una lista de obras que le interesara para la Región como compensación del cargo depuesto, lo que el parlamentario rechazó con fuertes epítetos.
El intendente es el representante del Presidente respectivo, pero su ámbito de poder es casi nulo.
Nuestra realidad nos muestra con uno de los porcentajes más altos de cesantía, los peores sueldos, con altos índices de pobreza y con diversas rutas en mal estado, lo que resulta incomprensible y descabellado cuando se habla de fomentar el turismo.
Esta realidad se produce porque no hay equipos de trabajo que reclamen contra el centralismo que se queda con el caldo y las presas del presupuesto nacional. A eso se suma la avidez de posicionarse de cuanta empresa se quiera instalar en el país, el 75 % en Santiago y el resto de Arica a Punta Arenas. Mientras en nuestra Región se anuncian quiebras de empresas madereras siendo las más dañadas las de Angol y Victoria, dejando a cientos de personas sin trabajo.
Como siempre, se nos habla que se darán pasos para una regionalización más justa y que produzca desarrollo. Al respecto, se presentó un proyecto amorfo y oscuro en donde se dice que los gobernadores del país se elegirán democráticamente, pero detrás del balde viene la roldana, porque se designará junto al elegido por el "pueblo" un representante presidencial. ¿Quién de las dos autoridades tendrá el poder?
La Araucanía con sus forestales, que son riqueza para el país pero no para la Región, más el conflicto mapuche, no da para más. No cabe duda que en los meses que vienen y le quedan al Gobierno la preocupación central será la venida del Papa.
Roberto Muñoz Barra, exsenador y presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata