El karate do se trabaja como un estilo de vida en la Escuela Formativa de Vilcún
INICIATIVA. A través de la academia, la disciplina se desarrolla con un enfoque que mezcla deporte y sicología.
Tiene 14 años de existencia y la fortaleza que ha adquirido le permite mantenerse viva en el tiempo. La descripción sintetiza parte de la historia de la Escuela Formativa de Karate Do con Intervención Psicológica Preventiva de la Municipalidad de Vilcún.
La iniciativa la lidera desde sus orígenes el sensei Salomón Sepúlveda y cuenta en la actualidad con una matrícula de 300 alumnos. El grupo está formado principalmente por escolares, quienes ven en la especialidad a una fuente de distracción y también a un estilo de vida.
"Lo que hemos tratado de hacer en estos años es trabajar la perseverancia y la resiliencia a través del karate. Los resultados de nuestra labor nos tienen más que satisfechos", afirma el sensei Salomón Sepúlveda, cinturón negro cuarto dan en karate do.
La academia integra a damas y varones de Vilcún y también de localidades cercanas como Cajón y Cherquenco. Todos entrenan con pautas que apuntan a potenciar a los valores de la escuela en lo físico, lo técnico y lo sicológico.
"Nosotros trabajamos el karate con un enfoque familiar sistémico. Yo soy sicólogo de profesión y aprovecho los conocimientos que tengo para potenciar a mis alumnos. Muchos tienen problemas familiares profundos y a través del deporte los ayudamos a superar esas complicaciones que les presenta el día a día", recalca Sepúlveda.
El diseño de la academia no apunta en lo específico a que sus alumnos sean campeones o a que participen en competencias. Su objetivo central es ayudar en la formación personal a quienes pasan por sus filas.
Concentración
"Nuestra labor se concentra en el gimnasio Municipal de Vilcún y la desarrollamos gracias al apoyo del municipio. Lo que hacemos es potenciar a nuestros alumnos en lo humano y a prepararlos para enfrentar la vida bajo una filosofía centrada en el karate do", indica Sepúlveda, quien dice que por la escuela que dirige han pasado deportistas que actualmente son profesionales, policías y militares.
Quien conoce bien la labor del sensei y el proyecto de la academia es Felipe Loyola. El joven se ligó a la escuela de Vilcún a los 13 años y en sus filas conoció el karate y sacó enseñanzas que le sirven en su vida diaria. "El enfoque que le da el sensei a la escuela tiene relación con el karate y la sicología. A él le interesa formar a las personas más allá de que en algún momento lleguen o no a ser grandes competidores", expresa Felipe Loyola, karateca que ostenta el grado de primer dan.
"El trabajo que se realiza es con un grupo bastante grande y tiene mucho éxito. A mí me ha ayudado un montón", sostiene Loyola, quien estudia actualmente ingeniería comercial en la Universidad Católica de Temuco.
La labor de la Escuela Formativa de Karate Do con Intervención Psicológica Preventiva de la Municipalidad de Vilcún seguirá adelante.
El proyecto -que supervisa el Instituto Zen del sensei Hervert Aroca- aspira a futuro a llegar a más personas y a potenciar las virtudes de cada a uno de sus alumnos a través de las artes marciales.
años de existencia tiene la Escuela Formativa de Karate Do con Intervención Psicológica Preventiva de la Municipalidad de Vilcún. 14
alumnos posee en sus registros la academia. La iniciativa la lidera desde sus inicios el sensei Salomón Sepúlveda. 300