Atentado I
Nuestros parlamentarios tienen el descaro muy propio de un período preeleccionario, de aparecer formulando críticas públicas, por las investigaciones que se llevan a cabo en los casos de ataques terroristas. Señores parlamentarios, los procedimientos que la policía y la justicia llevan a cabo, se cumplen estrictamente de acuerdo a las normas legales que ustedes dictaron. Ahí está señores, mayoritariamente el fondo del problema. Contamos con extremistas "capacitados" en las guerrillas latinoamericanas; delincuentes con más de 100 detenciones, libres en la calle; sujetos que tardan sólo minutos en salir de los Tribunales con la pena de "arresto domiciliario nocturno", para seguir haciendo de las suyas. Ja, ja, ja, una burla. ¿Quién fiscaliza los arrestos domiciliarios ?, ¿Carabineros?. Por favor. Asimismo también, me da pena escuchar o leer opiniones de quienes hablan con la mayor liviandad e ignorancia, de la "falta de inteligencia policial". Señores, qué institución se va a atrever a ejecutarla como debería ser, en circunstancias que en el transcurso del proceso judicial, podría requerirse la comparecencia de él o los funcionarios policiales a prestar declaración, con nombre y apellido. ¿Eso en Chile es inteligencia policial?. Pero así son las normas que ustedes eñores parlamentarios, impusieron a este país. Lo que nos faltaba, el broche de oro para las poco felices declaraciones del fiscal nacional. De allí que estamos, como estamos.
Alejandro Carrasco Arévalo
Atentado II
Las declaraciones del fiscal General Abbot, señalando que en Chile los particulares deben tomar medidas para enfrentar el terrorismo, son un desatino. Yo creo que la intención de Abbot fue poner paños fríos al peligroso incremento del terrorismo en la zona sur, alineándose en la posición del Gobierno que ha demostrado ser nulo en su deber de proteger a la ciudadanía. Al hacer sus declaraciones, él no enfrenta el último atentado con 29 camiones quemados, condenando fuertemente las acciones violentistas y confunde conceptos. Claro, se dice que cuidemos nuestras cosas porque "la ocasión hace al ladrón", pero eso se refiere a la delincuencia común, la ratería, no al terrorismo. Contra ello, son los gobiernos los que deben asumir la defensa de los ciudadanos porque se requiere armamento, licencia para defenderse de fuego con fuego, trabajo de inteligencia, una legislación estricta y lo más importante, la claridad que el gobierno persigue a los terroristas, no les teme, o siembre la duda que les protege.
Peor aún las declaraciones del Ministro del Interior, quien señaló que cada uno debe cuidar lo suyo, es decir deben los particulares armarse, encerrarse y los empresarios formar sus propios comandos de seguridad.
¿Sería aceptable que frente al último atentado terrorista de Barcelona, el gobierno español hubiese señalado que los comerciantes o el municipio, debían evitar que los terroristas a bordo de un vehículo arrollen a los transeúntes en cualquier calle? Obviamente sería un escándalo, y es una vergüenza que el Gobierno chileno sea inoperante, que la presidenta reitere lo que ha dicho muchas veces frente a estos ataques: "Tengan la seguridad que el gobierno no permitirá estos actos de violencia... y es necesario el diálogo para solucionarlo". Ya son cientos los camiones quemados, los puestos de trabajo perdidos, los empresarios que han frenado sus proyectos y el terror que se ha sembrado, desde que el matrimonio Luchsinger Mackay fue asesinado y de nada han servido las herramientas del Estado, ni el diálogo de Bachelet. ¡Una vergüenza, incluida falta de labores de inteligencia de las policías que si tienen las manos amarradas, deben decirlo. De otra forma hacen el ridículo mundial.
Miguel Veylc
Matrimonio
La reciente firma del decreto relacionado con la palabra "matrimonio" ha originado diversas opiniones, adversas y favorables, todas las cuales giran alrededor del concepto "Matrimonio", cuya acepción gramatical de uno de los diccionarios que disipan dudas y fijan las reglas vigentes del idioma español, como el robusto Corona, lo define así: Matrimonio es la "unión perpetua de un hombre y una mujer, y cuyo fin primordial es educar cristianamente a sus hijos. /Unión de un hombre y una mujer con arreglo a derecho./ Sacramento por el cual un hombre y mujer se ligan perpetuamente con arreglo de las prescripciones de la Iglesia". O sea, la palabra Matrimonio, como legítimamente española, rige su propia acepción y a la vez la Academia Española la asocia con la Iglesia, agregándole alternativas como Civil (celebrado según la ley civil, sin intervención del párroco). Clandestino, sin párroco ni testigos. De Conciencia, el que por motivos graves se celebra en secreto. Y siguen las acepciones menores. Este comentario precedente se refiere a una respetable palabra española que no debió emplearse al inicialmente marginarse de su médula sobre "un hombre y una mujer", evitando de un comienzo las discusiones que ha originado, cambiándola por "unión entre personas",
David Benavente