Carolina Torres Moraga
La extensa historia de contratiempos que rodeó la construcción del nuevo Hospital de Pitrufquén, hoy ya es sólo parte del recuerdo luego que desde hace poco más de una semana se diera el vamos oficial a la renovada infraestructura.
A lo largo del imponente edificio de 15 mil metros cuadrados que ya es un ícono para la comuna, surgen las esperanzas de sobre 82 mil personas que resultarán beneficiadas con la normalización de este recinto asistencial nodo que además de Pitrufquén atiende a usuarios de las comunas de Freire, Teodoro Schmidt, Toltén y parte de Loncoche.
Doblar el número de cirugías en sus tres pabellones, llegando a realizar al menos 40 intervenciones semanales es una de las metas que entusiasma al director del recinto, Pedro Valenzuela, quien no oculta su satisfacción tras ver al fin el fruto de largos años de trabajo. "Esto es mejor que una clínica. Ya a mediados de octubre deberíamos ir aumentando porque vamos a poder hacer cirugías en las tardes y además podríamos traer especialistas externos para que nos ayuden a resolver lista de espera", expresa el directivo quien recordó que la compleja decisión que llevó a paralizar las obras en abril de 2014, finalmente fue la mejor opción.
"La empresa anterior tenía un retraso importante y pese a las críticas surgidas en ese momento, las obras se reiniciaron en enero de 2016 con una nueva constructora (Ingetal S.A.) que en 20 meses logró concluir el proyecto", expresó Valenzuela.
Con alrededor de 220 atenciones diarias y el desempeño de unos 50 médicos de distintas especialidades además de otros profesionales, el de Pitrufquén forma parte de la nueva generación de hospitales con altos estándares tecnológicos y eficiencia energética en sus instalaciones.
comunidad
Una activa participación de la comunidad ha implicado la puesta en marcha del recinto. Por primera vez, una obra "se realizó de cara a la ciudadanía", aseveró Ibis Sandoval, secretaria del Consejo de Desarrollo del Hospital al recordar las sucesivas visitas periódicas que los dirigentes sociales hicieron para ir constatando el estado de avance de los trabajos. "Estamos rescatando el sentido de comunidad porque estamos luchando por un ideal común que el derecho a la salud", enfatizó.
Junto con lo anterior, no desconocen el cúmulo de desconfianzas que generó en su momento la paralización de los trabajos. "Hubo divisiones, mucha molestia, se dijo que habíamos perdido el hospital y que no sería más que un elefante blanco. Por fortuna no fue así y hoy estamos felices porque fue un trabajo de años, de muchas personas", afirmó Julia Reyes, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos y del Consejo de Desarrollo del recinto. Un sueño para las dirigentas es contar con un escáner que les permita evitar los traslados a Temuco que implican un alto costo. "Sabemos que no es simple, pero ya estamos haciendo algunas gestiones aunque estamos conscientes que tiene que concretarse la segunda etapa para de ahí empezar a hablar de un escáner", plantearon.
Adaptación
En tanto, los funcionarios del establecimiento han debido pasar por un período de adaptación al nuevo edificio.
"No todos están tan contentos, pero creemos que es parte de la adaptación al cambio que no todos lo viven de la misma manera, pero sin duda es positivo para mejorar la calidad de la atención", sostuvo María Fuica, presidenta de la Fenats del Hospital Pitrufquén.
Para la dirigenta, si bien se mejoró la dotación de funcionarios, aún falta superar la brecha. "Todavía falta que llegue personal. Iban a ser alrededor de 400 funcionarios y estamos en cerca de 300 por lo que aún hay una brecha que cubrir", insistió.
Lo que viene para cerrar el proceso es culminar las obras del Cecosam (Centro Comunitario de Salud Mental) y de la sala cuna para los funcionarios, con fecha de entrega estimada para el primer semestre de 2018.