A mi sobrino
Es importante que las familias tengan en cuenta antes de realizar los gastos en regalos navideños, cuánto realmente se pagará y por cuánto tiempo. Nunca olvidaré esa última sonrisa. Sonrisa que te acompañará en el alto vuelo que vas a emprender.
Te conocí hace 21 años, el día que naciste, te fui a buscar en mi auto al Hospital Regional y te llevé a casa junto a tu hermana. Te quise y quiero inmensamente. Fueron tantos los momentos que vivimos juntos y las veces que me acompañaste, fueron muchas las risas, los recuerdos hermosos. Nos preparábamos para ir un día sábado a buscar digüeñes y estábamos planificando cómo apoyarte en mejorar el dominio del inglés.
Te admiré profundamente. Muchas veces decías que yo era tu referente, pero la verdad es que era al revés, y te lo quiero decir ahora porque sé que me estás escuchando: Tú eras mi referente.
Tu pasión por derrotar las injusticias, tus deseos profundos de construir una sociedad justa, eran constantemente una fuente de renovación de mis propias convicciones.
Fuiste parte fundamental de mi conexión con los jóvenes, con sus demandas.
Por eso están acompañándote aquí las juventudes políticas, tu juventud del PPD, la juventud socialista, y otras juventudes hermanas. Es que además de sobrino fuiste mi compañero, en toda la dimensión que esa palabra encierra. Te acompañan también tus amigos de universidad, de liceo, de la vida. Esta iglesia llena demuestra todo el cariño que sembraste en vida.
Eras el sobrino ideal. Responsable, ordenado, disponible a colaborar, preparado, estudioso, te apasionaba la política nacional e internacional.
Detrás de toda esa perfección habían cosas que nunca logré conocer. Camilo, sobrino adorado, me habría gustado tanto conocer también tus temores, tus inseguridades, tus miedos, y haberlos entendido tanto como quise a tus múltiples talentos.
Sin embargo, las preguntas dan vueltas en mi cabeza.
¿Por qué se demoran tanto en irse los malos y se van tan temprano los que ríen bello y tienen sueños azules?
¿Por qué no esperaste que llegásemos antes para abrazarte y decirte en coro que cientos de jóvenes te admiraban sin tregua?
A todos nos falta siempre más comunicación, nos falta dedicar mucho más tiempo a escuchar a quienes más queremos.
Te quise y te quiero mucho Camilo. Pero te habría querido igual de haber conocido cada una de tus facetas.
Dejaste los pies en la calle por un Chile distinto. A veces pensé que, en algún momento, te tocaría continuar a ti con tantas luchas para construir una Araucanía en paz, justa y próspera.
Pero la vida siempre nos sorprende, y hoy día eres tú quien me inspira a seguir en este camino a veces tan duro.
Camilo, no habrá día en lo que me queda de vida en que deje de pensar en ti. Gracias por inspirarme tanto.
Te prometo poner mi máximo esfuerzo para que algún día Chile sea como tu quisiste: igualitario, un país de derechos y sin discriminaciones. Porque todos tenemos derecho a vivir sin esconder sentimientos ni temores.
Hace 21 años, el primer día que nos conocimos, te fui a buscar al hospital y te dejé en tu casa.
Hace 5 días, el último día que nos vimos, me fuiste a buscar a casa y me dejaste en el aeropuerto.
Nunca olvidaré esa última sonrisa. Sonrisa que te acompañará en el alto vuelo que vas a emprender.
Jaime Quintana senador