Héctor Ochoa Mardones
"Es cierto que Chile salió a conquistar el mundo, pero muy cierto también era que el mundo desarrollado necesitaba conquistar la periferia"; una historia con dos puntas desde la que Jorge Pinto, Premio Nacional de Historia 2012, inicia el análisis de A la conquista del mundo, un libro que habla de Chile en el siglo XIX y su participación en las exposiciones universales.
Publicado en 2017 por Ediciones Universidad de La Frontera, este libro es el resultado de una investigación realizada hace diez años, a propósito de una serie de debates sobre los proyectos de las elites del siglo XIX en los que participa el historiador. Luego, junto a Carmen Norambuena, consigue el apoyo de Fondecyt, comenzando un estudio cuyos resultados presenta hoy en 176 páginas.
-¿Cuándo nace la idea de hacer este libro?
-Esta idea surgió hace 10 años, a propósito de una reunión a la que asistí en Ecuador en donde por primera vez escuché hablar de la participación de América Latina en las grandes exposiciones internacionales que se realizaron en Europa, primeramente, y luego en Estados Unidos, todos nuestros países acudieron a esas exposiciones, la más conocida de todas es la de París, que significó la inauguración de la Torre Eiffel, el centro del mundo. Entonces, cuando escuché hablar de esto el tema me interesó.
-¿A qué resultados llega el estudio?
-En el siglo XIX todos aspiraban al progreso, pero a medio camino surgen dificultades y no se logra, por lo mismo avanzo hasta el siglo XX y al final, en el 2017, hago un balance y me doy cuenta que hemos levantado muchos proyectos, muy bien intencionados, con las aspiración en el siglo XIX de lograr la felicidad, el progreso, en el siglo XX el desarrollo, y hoy con las expectativas de acoplarnos adecuadamente a estos procesos de globalización, pero siempre han surgido obstáculos que han impedido que logremos la meta, y por eso es que hemos levantado una serie de proyectos que no duran más de treinta años y se desploman.
-¿Por qué ocurre eso?
-Tengo la impresión de que la clase política avanza más lentamente que los procesos, quizás eso se aprecie de manera más clara cuando uno compara los avances que hemos logrado en el plano de la economía, que indudablemente se han alcanzado a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI, y el escaso avance que se logra en el plano de la modernización del Estado. Entonces, tenemos una economía que funciona conforme a las normas propias de el siglo XXI y un Estado que todavía está anclado en el siglo XIX, aquí no ha habido un proceso de modernización del Estado y eso impide que las propuestas que se hacen desde el Estado logren las metas que la clase política, que maneja el Estado, se propone.
Procesos
-Aquí irrumpen las crisis...
-Porque, levantamos proyectos y se desploman, revise por ejemplo lo que pasa en el siglo XX, todo este proyecto de industralización que empezó con mucho entusiasmo, después de la crisis de la sociedad tradicional, se desplomó en el 70; y viene la globalización y el neoliberalismo, que hoy día está trastabillando. La última elección presidencial fue sintomática. El Presidente Piñera tuvo que adaptarse a ciertas circunstancias o condiciones que no había pensado originalmente, por ejemplo, avanzar en una serie de cambios en el campo de la educación, de la reforma constitucional, las declaraciones que ha hecho últimamente dan cuenta que en muy poco tiempo se dio cuenta que tenía que avanzar más rápidamente en algunas materias propias del Estado, porque la economía está mucho más adelante.
-¿Y qué nos dice el escenario actual?
-Este es un escenario muy desafiante, yo creo que cada tiempo en la historia tiene sus propias urgencias, y hoy día yo creo que evidentemente necesitamos una modernización más amplia que no incluya solo los aspectos materiales, sino que también los aspectos culturales, la política, y un Estado que esté más dispuesto a reconocer que han surgido nuevas demandas que antes no se habían percibido, la demanda de lo que yo llamo los grupos periféricos al poder: las mujeres, nuestros pueblos originarios, la diversidad sexual, que no habían emergido antes. Entonces el Estado es clave y yo creo que la ciudadanía se da cuenta de eso.
"Entonces, tenemos una economía que funciona conforme a las normas propias de el siglo XXI y un Estado que todavía está anclado en el siglo XIX". "Creo que necesitamos una modernización más amplia que no incluya solo los aspectos materiales, sino que también los aspectos culturales, la política". "Estas exposiciones fueron eventos internacionales de enorme connotación científica, el teléfono -por ejemplo- fue presentado en una de ellas"."
Chile en las ferias internacionales
"Estas exposiciones fueron eventos internacionales de enorme connotación científica, el teléfono -por ejemplo- fue presentado en una de ellas. Ahora había dos tipos de espacios, donde los países más potentes llevaban palacios (México y Brasil), y los más modestos, como nosotros, pabellones. Chile llevó el pabellón (Artequin) que está en la Quinta Normal a París. Chile recuperó este edificio y los chilenos se sienten orgullosos de él. A pesar de que muchos ignoran este capítulo, es muy importante porque avanzamos hacia una modernización, es reflexionar desde la historia lo que significaron estos eventos, las expectativas que abrieron, los sueños de la época, y al mismo tiempo las frustraciones que hemos tenido".
siglos 3
recorre este libro, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. 10
años 176