Guillermo Chávez
La emoción del reencuentro con sus amigos, con su tierra y con su primera poesía vivió el poeta Omar Lara el día que regresó a Temuco para estar presente en el lanzamiento de "Nohualhue, ida & vuelta", recopilación de toda su creación poética desde 1964 hasta 2016 publicado por la Editorial de la Universidad de La Frontera.
La ocasión permitió a Lara reencontrarse con escritores, académicos y amigos personales que le hicieron recordar sus orígenes en la pequeña localidad de Nohualhue, y su infancia y adolescencia transcurrida en la ciudad de Nueva Imperial.
Durante el lanzamiento fue presentado por el académico Luis Bocaz, profesor honorario de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Valdivia y del doctor Juan Manuel Fierro, decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la Ufro.
En todo momento el poeta se manifestó agradecido por este reconocimiento de la Ufro, que hace dos años le otorgó el Premio Nacional de Poesía "Jorge Teillier", consistente en la publicación de una voluminosa antología que comienza con su trilogía pre-exilio: "Argumento del día" (Editorial Padre Las Casas, 1964), "Los enemigos" (Trilce, 1967) y "Los buenos días" (Trilce 1972), a los que se agregan otros 27 títulos que culminan con "Crónicas de un regreso".
"Debo advertir que se trata de mis obras 'casi' completas, porque hay una producción inédita y reciente que no quise que se incluyera a última hora en el libro. Uno siempre está en proceso de relectura, revisión y corrección", explicó el poeta.
Doble retorno
-¿Qué sentimientos le produce este regreso?
-Vuelvo a casa con muchas manifestaciones de aprecio y de amistad que he recibido de esta tierra y específicamente de esta Universidad. Y te digo vuelvo a casa doblemente porque por una parte yo soy de Nohualhue, Imperial y de Temuco, y por otra porque también fui estudiante de esta universidad cuando todavía se llamaba Colegio Universitario Regional de la Universidad de Chile.
-En cuanto al libro "Nohualhue, ida & vuelta", ¿qué significa para usted?
-Es un libro ya hecho, una obra ya cumplida, pero también es un desafío pues debo hacerme merecedor de este tremendo esfuerzo y espacio literario que me brinda la Universidad de La Frontera. Por una parte resulta apabullante ver quinientas páginas escritas, y por otra me abre alguna opción de ejercer una especie de revisión de aquellos textos, lo que podrá ser un ejercicio puramente privado o una forma de decirlo en poesía.
-A esta altura de su vida y de su producción literaria, ¿qué consejo le daría a la nueva generación de poetas?
-Es muy difícil aconsejar porque ¿quién es uno para aconsejar? Por otra parte, un joven no te va a escuchar el consejo, aunque uno lo haga con el mayor sentimiento de realismo y de verdad. Pero si yo pudiera decir algo en este caso a los jóvenes creadores, es que si ellos de verdad tienen la convicción de que lo que están haciendo es válido, es lo que les interesa como parte de su vida, no transijan ante nada, que persistan en eso.
-¿Cómo están los tiempos para hacer poesía social?
-Yo creo que todo tiempo es bueno para hacer poesía social, a menos que lleguemos a un estado tal que no tenga sentido hacerlo, porque la poesía llamada social también tiene una serie de matices que no es el momento de precisar porque más de alguien va a objetar por qué es poesía social. Obviamente yo estoy de acuerdo con que la poesía es solamente eso: poesía, aunque sea social, amorosa, política, histórica, regionalista, en fin, es un apellido más para la poesía. Con esto quiero decir que cualquier forma de enfrentar un trabajo creativo sigue siendo absolutamente válida para mí.
Tiempos positivos
-¿Cree que todo tiempo pasado fue mejor?
-En absoluto, pienso que hay muchos momentos del pasado que fueron sin duda mejor, pero pienso que si tenemos la inteligencia, la capacidad de mirar bien, iremos descubriendo también en estos tiempos elementos, momentos y circunstancias que pueden ser muy positivos… no sé si mejores pero sí tan importantes y aleccionadores como los mejores que tuvimos hace años. Ahora uno está tentado a decir eso, que el tiempo pasado siempre fue mucho mejor, y es cierto, pero hay que pensar que en este tiempo viven nuestros hijos, nuestros nietos y seguirán viviendo muchos de los seres que son nuestros seres. Entonces hay que depararles por lo menos la opción de la esperanza.
-Tras su fallida postulación al Premio Nacional de Literatura de 2016, ¿volvería a postular?
-No quiero ser arrogante, pero yo nunca postulé… me postularon después de mucho negarme, porque la invitación fue muy amable, aunque les advertí que yo no movería un dedo por esa postulación. Pero no quiero más, si me lo proponen nuevamente, diré definitivamente no. Ahora yo no sé cómo funciona esto, si alguien quiere hacerlo no sé si necesitará mi anuencia, pero francamente a mí no me interesa.
-¿Cuál considera el reconocimiento más grande que ha recibido?
-Hay muchos. Este libro, por ejemplo es un enorme reconocimiento. El Premio Jorge Teillier también… Yo creo que todo tiene su momento, su destino y su sentido. Fue importante, por ejemplo, el Premio Casa de Las Américas en 1975, cuando estaba comenzando un exilio que fue más largo de lo que yo esperaba. Ese premio refundó algunas esperanzas y notas proclives a esas esperanzas en un momento en que a mí lo único que me salvó fue la poesía y mi vida de familia. Como te digo, ese premio tuvo aquella significación, de rearmarme emocionalmente hasta que llegara mi momento del regreso…
"Creo que todo es bueno para hacer poesía social, a menos que lleguemos a un estado tal que no tenga sentido hacerlo"."
A Concepción y Valdivia
La coordinación de la Editorial de la Universidad de La Frontera anunció que "Nohualhue, ida & vuelta" será próximamente presentado en la Universidad de Concepción, casa de estudios donde Omar Lara actualmente labora como funcionario de la Biblioteca, y posteriormente en la Universidad Austral de Chile en Valdivia, ciudad en la que el poeta formó el grupo Trilce y desde donde salió del país a vivir su largo exilio, lejos del suelo al que volvió recientemente.