La obra de Contratiempo e Imake -que vivirá su estreno en en el Centro Cultural de Padre Las Casas- fusiona las luces, las sombras, la multimedia y el teatro en una historia que rescata a los amigos invisibles, una de las primeras manifestaciones creativas de los niños en su soledad, antes que la tecnología llenara ese espacio de la imaginación.
Invisible es el nombre de este proyecto que rescata el lenguaje de sombras en una puesta en escena que sitúa al espectador en una posición activa y de constante asombro, donde será su propia imaginación la que termine el espectáculo teatral que se realizará hoy, a las 20 horas, con entrada liberada y, posterior, salida a la gorra (donde el público pone el precio).
Personajes
"Hay un punto en el que estos personajes, que son propios del imaginario de los niños, dejan de existir y seguramente muchas personas tuvimos alguno, y después de una investigación que hice con alumnos del George Chaytor, donde tengo la Academia, comencé a pensar en el último día que uno ve a ese amigo invisible", señala Pablo Navarrete, director artístico de Invisible.
Entonces, lo que plantea la obra -según precisa el también encargado de la dramaturgia- es "una especie de exilio de dos amigos invisibles que viajan en un globo aerostático buscando niños que los imaginen en distintas partes de Chile, pasan por La Araucanía, por un edificio y por un hospital de niños terminales; la obra tiene partes divertidas, partes melancólicas y te hace volver a ese tiempo".
La obra financiada por el Consejo de la Cultura y las Artes a través del Fondart, ámbito regional 2017, es realizada por un equipo interdisciplinario, el cual está compuesto por profesionales del teatro, de la física y de la comunicación audiovisual, quienes conforman el elenco de una puesta en escena que cautiva por su lenguaje mágico y poco habitual en las artes escénicas.
Dirigida a las familias y en especial a niños y jóvenes como una forma de motivar el desarrollo de la imaginación y creación personal, esta propuesta artística utiliza diferentes fuentes de luz tales como retroproyectores, proyectores data para la animación multimedial y focos móviles que permiten realizar planos detalles en las escenas.
Actúan Gisela Buscaglione, Felipe Jorquera, Catalina Barros y Gonzalo "Tonchi" Puebla. La animación multimedial, en tanto, recae en Hardy Cotal mientras que la dirección técnica pertenece a Lorena Céspedes.
"Al terminar la obra invitamos al público a pasar atrás. La idea de esto es que los espectadores se den cuenta que toda esta magia está al alcance de cualquier persona, es cosa de imaginar", cuenta Navarrete sobre la obra que dura 50 minutos.
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