Un estudio elaborado por Adimark buscó determinar de los hábitos de uso que los chilenos le dan al servicio de telefonía móvil, donde de forma transversal a las compañías todos los usuarios indicaron utilizar un plan de datos (100%), no así las llamadas telefónicas (96%) y envío de SMS (80%). En este punto, el informe arrojó que los usuarios coinciden en que el uso de aplicaciones se da especialmente en la casa y en segundo lugar en sus puestos de trabajo, liderando Whatsapp (97%), Facebook (80%), páginas web (80%), y luego YouTube (68%) e Instagram (42%).
Mientras que los motivos para utilizar el plan de datos son transversales en todas las compañías; comunicarse con la familia, buscar direcciones o ubicaciones y actualizar redes sociales
La irrupción de la tecnología en la vida diaria ha llegado para facilitarnos la existencia. La telefonía celular ha evolucionado de manera increíble, y sus equipos ya no sólo responden a la necesidad elemental de comunicación -de llamar por teléfono-, sino que tienen integradas muchas otras aplicaciones que permiten grabar, sacar fotografías y conectarse a las redes sociales.
Esto no sólo nos posiciona como uno de los países más conectados de Latinoamérica y con mayor número de celulares por persona, sino que ha derivado en que sean cada vez más los niños que tienen un teléfono móvil a muy temprana edad, con lo bueno y malo que eso tiene. Porque los padres no coinciden en los límites, horarios o momentos en que se deben ocupar; los colegios no han normado su uso, los profesores no saben muy bien qué hacer y la sociedad cae en la imitación de conductas.
Especialistas dicen que el buen uso facilita el aprendizaje, pero la mayoría de los niños no lo usa precisamente para estudiar, y tienden a enviciarse, restándole horas a la familia y al juego con sus pares.
La tecnología debe ser una ayuda para mejorar nuestra calidad de vida, pero no debe transformarnos en esclavos de ella. Bien vale la pena reflexionar sobre el tema.