Chileno o mapuche
Concuerdo con lo manifestado por Francisco Huenchumilla en el sentido de apoyar "al que sea que se vea sometido a un montaje", no así con la expresión "sea chileno o mapuche", pues los mapuches nacidos en Chile son también chilenos. La expresión correcta sería "chilenos de origen mapuche", tal como "chilenos de origen español, italiano, alemán o croata".
Al respecto, cabría recordar que el decreto dictado por el Director Supremo Bernardo O'Higgins firmado el 3 de junio de 1818, bajo el título "Denominación de chilenos", concluía con la siguiente frase: "Entendiéndose que respecto de los indios, no debe hacerse diferencia alguna, sino denominarlos chilenos según lo prevenido arriba".
Adolfo Paúl Latorre, abogado
Están matando Licán Ray
Si bien es cierto que en el último par de años se ha visto algo de necesaria inversión por parte de la Municipalidad de Villarrica en la localidad de Licán Ray, tanto en los adoquines de algunas calles como en la (tardía) remodelación de la Playa Grande, que recibió a miles de personas durante 2017, no deja de asombrar la notoria baja en la cantidad de turistas que llegaron al hermoso poblado lacustre durante el primer mes del año 2018.
Desde antes de entrar a Licán se nota la alta disponibilidad de cabañas sin arrendar, ofrecidas por numerosas personas y letreros a la orilla del camino. La otra "bienvenida" que se reitera inexplicablemente, son los enormes hoyos en la calle de acceso principal (que fácilmente podría ser reparada cortando el tránsito y utilizando las otras numerosas vías de ingreso y salida lateral. En un recorrido por los diversos locales de comida, a simple vista se nota la baja afluencia de clientes en cualquier horario, hecho corroborado por los garzones, quienes aseguran que han atendido solamente a una fracción del público de la temporada estival anterior. ¿Pero qué pasó el verano pasado que pudo haber ahuyentado a los turistas este año? A mi parecer, la respuesta es simple: tacos y más tacos. No solamente por la gran cantidad de automóviles transitando por las estrechas calles en el sector urbano, sino por los atochamientos que se generan desde mucho antes.
Tacos en la carretera por diversas reparaciones a plena luz del día en plena temporada alta. Taco a la entrada de Villarrica, cuello de botella obligado rumbo a Licán Ray, Pucón, Caburgua y otras zonas turísticas. Taco a la salida de Villarrica por la detención en tres o cuatro semáforos, necesarios para el flujo local, pero nocivos para el flujo turístico hacia Licán Ray.
Y de regreso, por lo menos 5 km de taco para volver a cruzar por la ciudad de Villarrica, aunque supuestamente existen posibles desvíos para evitar el cruce por el acceso principal de la cuidad, pero en caso de ser así, no se encuentran debidamente señalizados. Si se prefiere la ruta alternativa Ñancul-Pitrufquén en vez de la tradicional Villarrica-Freire para evitar el tránsito lento hacia el norte, de todas maneras se llegará al taco del peaje Quepe.
A menos que se desarrolle una vía alternativa para evitar el actual cuello de botella, como se ha hecho con un par de rutas posibles hacia Pucón, Villarrica seguirá asfixiando y eventualmente matando a Licán Ray.
David Gómez Álvarez, ingeniero y profesor de Estado
Hidroeléctricas y comunidades
Fui invitado a un seminario organizado por el Instituto Indígena en el que se abordó las relaciones entre las empresas hidroeléctricas y comunidades indígenas de la Región, en el cual expusieron representantes de Curacautín, Melipeuco y Curarrehue, además del Instituto Nacional de Derechos Humanos y del Ministerio de Energía. Al hacer un balance del evento, me quedó la sensación de que la mayoría de los conflictos medioambientales que generan las hidroeléctricas terminan siendo en parte responsabilidad del mismo Estado por la acción de sus servicios y su política energética. El Indh es un organismo estatal autónomo que si bien vela por los derechos vulnerados de los ciudadanos, no tiene un peso resolutivo a la hora de afrontar un conflicto, siendo una paradoja que sea parte del Estado y termine enfrentado al interés político del mismo; y por otro lado, el Ministerio de Energía, que actúa más como un intermediario que busca acercar las partes ejerciendo presión en favor de los empresarios del rubro aduciendo la falta de desarrollo energético para el país. Ante la posición de las comunidades a defender legítimamente su entorno oponiéndose a estos proyectos, el Estado desplega todo su lobby a favor de estos, el cual sólo es frenado cuando los proyectos son deficientes. En el día de hoy, en que los esfuerzos de la industria automotriz se vuelcan a dejar los combustibles fósiles por su alto nivel de contaminación, es obvio que habrá una mayor demanda a futuro de electricidad, pero ésta debiera ser generada en base a proyectos sustentables como la energía solar y eólica, sin dañar los ríos que son y serán fuente de vida para todos nosotros. Una señal ha sido la declaración del Gobierno de prescindir del carbón como combustible.
Jaime Renato Rodríguez Cariqueo