Un 82% de los consumidores se preocupa del etiquetado de productos antes de comprarlos
ENCUESTA. Estudio realizado por la Asociación de Consumidores del Sur reveló interesantes hábitos de consumo de la población de Temuco y PLC.
Un aparente cambio en las prácticas de consumo ha ido adquiriendo la población de Temuco y Padre Las Casas, según lo reveló una interesante encuesta realizada por la Asociación de Consumidores y Usuarios del Sur, CDS, con la finalidad de conocer los hábitos de compra apuntando hacia un consumo consciente y responsable.
De esta manera, el "Estudio de conductas y actitudes sobre economía social en consumidores de Temuco y Padre Las Casas" elaborado por la CDS gracias a un fondo concursable postulado al Sernac, arrojó algunos índices alentadores. Entre ellos, que el 82% de la población de la capital regional señala leer el etiquetado de los productos antes de adquirirlos, demostrando un buen nivel de responsabilidad en términos de prácticas de consumo. Pese a ello, un muy bajo porcentaje logra identificar los sellos asociados al comercio justo, producción orgánica y manejo responsable de bosques, entre otros.
Precisamente, la justificación del estudio indicaba que actualmente la economía de mercado/consumo está dando cuenta de una ciudadanía altamente orientada hacia el "consumo" a diferencia de lo que antes eran "bienes sociales". Frente a este dilema, uno de los mecanismos de resolución es el cooperativismo y el comercio justo. Según el presidente de la CDS, Richard Caamaño, el comercio justo forma parte de una economía social que busca prácticas comerciales equitativas con transparencia en el acceso a la información y a la solidaridad entre consumidores y productores.
"Estas son economías que están emergiendo; no son conceptos muy conocidos particularmente acá, pese a que es una zona que debiera estar al tanto precisamente por los nuevos emprendimientos mapuches, el turismo y otros", aseguró Caamaño. Por eso, a su juicio, "es necesario iniciar algún trabajo de difusión, de sensibilización respecto a estas economías para ir cambiando las lógicas de consumo de la gente".
Otros resultados
En cuanto al tipo de comercio que se prefiere, el 42% de los encuestados declara haber comprado en el comercio informal, entendiendo éste como la preferencia por las ferias libres, las ferias locales de venta de productos como ferias del juguete, de las pulgas y comerciantes ambulantes. "Hay que hacer una distinción entre el comercio No formal y el comercio ilegal ya que el llamado comercio No formal está al alero de otras instancias como gremios tal como puede ser el caso de la feria del juguete u otras, pero que también tiene sus complejidades porque no dan boleta, el sistema de cambio es más engorroso, etc., distinto es el caso del comercio ilegal que es otra cosa", indicó Caamaño.
En su opinión, las motivaciones de compra en este tipo de comercio aparecen ligadas a los mejores precios y no precisamente a la preferencia por los productos locales, favorecimiento del desarrollo local o el apoyo a los pequeños comerciantes.
En especial, esto último parece congruente con otras revelaciones del estudio donde queda demostrado que hay preferencia por cadenas de farmacias nacionales por sobre las locales en un 96%. "La tendencia es que los mercados más establecidos como el retail, están empujando a la gente al sistema crediticio, entonces al final toda la gente está comprando con tarjetas de crédito y la que opta por un sistema de pago directo se va a este tipo de comercio que es de menor estándar por decirlo de alguna manera", manifestó el presidente del CDS.
Conclusiones
Por tal razón, una de las conclusiones del estudio, es que existe una contradicción fundamental entre lo que se dice y se hace. ¿Por qué? La gran mayoría de los sujetos (99%) considera relevantes los conceptos de justicia social, desarrollo sustentable, creación local; sin embargo, cuando se debe pasar a la acción, tan sólo un 2% separa su basura y la recicla.
A la vez, se concluye que el hábito de comprar en el comercio No formal o establecido, da cuenta que la valoración ciudadana de estas formas de circuitos económicos, no responde a la valoración de las instituciones que generalmente las criminalizan o las asocian a productos de menor calidad.