Descontento vecinal generó el cambio de nombre del macrosector Santa Rosa
TEMUCO. Habitantes del ahora "Costanera del Cautín" aluden a razones históricas.
Un trabajo entre la Secretaría de Planificación Comunal (Secplac) de la Municipalidad de Temuco y centenares de juntas vecinales de Temuco terminaron por un ordenamiento de la planificación geográfica de las unidades vecinales en la comuna. Sin embargo, disconformidad en diversos dirigentes generó el cambio de nombre del macrosector que era conocido como Santa Rosa y que ahora se llama "Costanera del Cautín".
Esta área abraza a las unidades vecinales San Antonio, Valparaíso, Los Ríos y Costanera, y las cuatro integran un total de 31 juntas vecinales.
El nombre de Santa Rosa, que antes agrupaba a la mayoría de esas unidades vecinales, queda ahora reducido al de una población específica, ubicada en la parte sudeste de la comuna, apegada al río Cautín.
Un documento entregado a los 10 concejales de Temuco indica que el proyecto se trabajó junto a un total de 112 juntas vecinales de toda la capital regional (fueron convocadas 188), consolidada el 12 de diciembre de 2017, con la aprobación de la propuesta en una sesión del Concejo Municipal. Esta misma propuesta, la que tiene el fin de mejorar la distribución de recursos comunales, crea como nuevos Macrosectores a las localidades de Labranza, El Carmen y Botrolhue.
Descontento
Los vecinos de Costanera del Cautín se muestran molestos tras asegurar que la decisión les fue comunicada parcialmente. Denuncian que el proceso de participación ciudadana para este tema no fue lo suficientemente abierto.
Mariela Badilla, presidenta de la junta de vecinos de la población Santa Rosa, defiende con argumentos históricos por que el macrosector debiera conservar el nombre anterior. "Santa Rosa es uno de los barrios más antiguos de Temuco, donde se fundó con toma de terrenos, con sitios grandes, y donde todavía hay casas patrimoniales, donde se gestó una gran lucha con la gente mapuche, donde se hizo la Gran Matanza, y todo eso es parte de la historia", indicó la dirigente quien representa a sus vecinos desde 2003.
Anita Pichillán, dirigente vecinal de Villa Turingia, asegura que falló la consulta ciudadana. "A nosotros nos hicieron participar de una charla y se dio por hecho que eso se iba a hacer. Cuando yo consulté el porqué, a nosotros nos estaban imponiendo eso. Dijeron que no es una imposición, pero cuando uno va al consultorio o pide alguna carta, ya nos tienen (clasificados) por Costanera", reclamó Pichillán, quien propone un plebiscito.
También descontento, aunque en un diferente sentido, quedó Patricio Villablanca, parte de la directiva de junta de vecinos Paredes e integrante del movimiento cultural El Arpa. "No teníamos nombre de unidad vecinal. A nosotros nos iban a juntar con San Antonio y hacerlas una sola unidad vecinal. Salieron los nombres Malvoa y San Antonio. Tampoco estuvimos de acuerdo", dijo.
El concejal Esteban Barriga se mostró en desacuerdo con esta disposición municipal. "No es sólo cambiar un nombre político administrativo, sino que hay un arraigo de las personas (...) eso debió haber sido mucho más participativo. Veámoslo a través de votaciones de los vecinos, si es que lo desean", contó.
En tanto, el edil Jaime Salinas (RN), quien además es el presidente de la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Concejo Municipal, puso paños fríos a la polémica, y llamó a los vecinos a la tranquilidad. "Santa Rosa (la población) va a seguir llamándose así (...) en ningún caso aquí se están cambiando los nombres de las juntas (de vecinos)", dijo el concejal RN.
Además, Salinas defendió la necesidad de ordenar la administración política de la comuna. "Desde 1983 que no se hacía una reestructuración en cuanto a unidades vecinales (...) teníamos que ordenar Labranza, porque cuando tenía la unidad vecinal 45 tenía solo cinco mil habitantes. Hoy estamos hablando de 50 mil", indicó.