Carolina Torres Moraga
Una de cada tres personas a nivel de la población general padece de dolor crónico no oncológico, lo que equivale al 32% de los habitantes, cifras que podrían replicarse perfectamente a la realidad local.
Precisamente con la intención de informar y educar, estudiantes de Kinesiología de la Universidad Mayor Sede Temuco realizaron una interesante actividad dirigida a adultos mayores denominada "Explicando el Dolor" como parte de la asignatura denominada Kinesiología en Especialidades.
Según el kinesiólogo y coordinador de la asignatura, Felipe Ponce, en el área músculo-esquelética, traumatología y ortopedia, más del 90% de los pacientes presentan dolor y pese a que las cirugías han aumentado en un 600% y el consumo de medicamentos en 400%, los índices de dolor crónico lejos de descender se siguen elevando.
Modelo biomédico
A juicio del docente, esto tiene que ver con que el modelo biomédico se enfoca habitualmente sólo en la parte específica del cuerpo que experimenta dolor (rodilla, hombro, cadera por ejemplo) y no en todo lo que envuelve a la persona con sus condicionantes psicosociales, culturales, emocionales que expliquen el que un dolor se vaya perpetuando pese a las intervenciones que efectúa el modelo biomédico como cirugías y medicamentos.
"La experiencia dolorosa es una experiencia física, emocional, cognitiva, perceptiva, espiritual incluso, entonces esto significa que esta torta del dolor, por así decirlo, tiene muchas partes. Sobre todo las personas con dolor crónico, con más de tres meses o 6 meses, es que tienen procesos a nivel del sistema nervioso central que no son normales, sino que un poco patológicos y eso se puede intervenir en algunas personas más que otras", aseguró Ponce.
Según el profesional cuando los pacientes tienen estos procesos a nivel del sistema nervioso se llama "sensibilización central" y esta sensibilización hace que los pacientes sigan percibiendo dolor porque el sistema está demasiado reactivo y toma todo como una amenaza. "Si se toca le duele, la sábana le toca la rodilla y le duele. El problema está en la rodilla en parte, pero esa sensibilidad viene de que el sistema está demasiado sensible. Si ya pasó el tiempo de curación, entonces el tejido está relativamente bien, por lo tanto hay que trabajar los otros componentes y eso es clave", indicó.
Educación
Al educar respecto al dolor, es fundamental cambiar un comportamiento y para eso es necesario que exista un cambio de percepción respecto al tema.
"Toda la gente piensa que si tiene dolor en la rodilla, el dolor viene de la rodilla. Si pasan dos años, tres años con dolor en la rodilla sigue pensando que viene de ahí y todas las intervenciones van ahí; es decir medicamentos, cirugía y es indudable que en algo ayudan, pero quizás se está olvidando un poco que el sistema nervioso central es la madre de todo y efectivamente está muy bien documentado que hay alteraciones en pacientes con dolor crónico a ese nivel central", aseveró el kinesiólogo, quien dijo que todo esto se enmarca en una línea que se quiere establecer en la Escuela de Kinesiología y que tiene que ver con las Neurociencias del Dolor.
En esta primera intervención efectuada en el hall del cuarto piso del edificio central de la casa de estudios, participaron más de 50 adultos mayores pertenecientes a distintas agrupaciones de la ciudad. A partir de los resultados que se obtengan, se evaluará repetir la experiencia probablemente en otro espacio.
"El modelo biomédico habría que complementarlo con un modelo más centrado en la persona que abarque los componentes biológicos, sociales, culturales, emocionales de la persona, que permitan abordar el tema del dolor crónico con un enfoque más interdisciplinario", concluyó.
"La experiencia dolorosa es una experiencia física, emocional, cognitiva, perceptiva, espiritual incluso, entonces (...) tiene muchas partes".
Felipe Ponce,, docente Kinesiología U. Mayor"
¿Qué es el dolor?
El dolor es reconocido como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el año 1982, entendiéndolo como una experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño real o potencial en un tejido. En tanto, el dolor crónico es aquel que persiste más allá de tres meses y que no cumple ninguna función biológica útil. Asimismo, causa sufrimiento, discapacidad e invalidez, y disminuye la calidad de vida. El dolor crónico le supone un costo al Estado de Chile de más de $547 mil millones cada año, lo que equivale al 0,32% del total del PIB, considerando las consecuencias tanto sanitarias (discapacidad, costes médicos, tratamientos, diagnóstico), como no sanitarias (pérdida de productividad laboral).