Hace 40 años | 12 de julio de 1978

En enero inauguran red de agua potable en Licán Ray

En agosto se abrirán las propuestas públicas para dotar de agua potable a todo el balneario de Licán Ray, en la comuna de Villarrica, estimándose que en el mes de enero próximo podrá inaugurarse este vital servicio en la bella localidad lacustre.

La captación de agua se hará directamente desde el estero Melillahuén.

Hace 10 años | 12 de julio de 2008

Actividad sísmica del Llaima presentó repunte

Un leve repunte de la actividad sísmica presentó el volcán Llaima, a nivel del cráter del macizo cordillerano que entró en erupción a inicios de este año. El aumento fue percibido por los instrumentos que tiene instalados el Sernageomin en los faldeos del volcán ubicado en el límite de las comunas de Melipeuco y Vilcún.

Hace 1 año | 12 de julio de 2017

Los campamentos se mantienen en la Región

Durante los meses de mayo y junio, TECHO-Chile actualizó su Catastro Nacional de Campamentos. Los resultados de esta actualización señalan que, a la fecha, se mantienen los 21 asentamientos de La Araucanía registrados el año pasado, en tanto que a nivel nacional son 702 los campamentos, con 40.541 familias.

Si consideramos el actual escenario fiscal deficitario de nuestro país, es natural que las autoridades económicas analicen la forma de tender al equilibrio estructural, para conseguirlo la lógica plantea que se debe recortar el gasto público y administrar la recaudación fiscal. Respecto de esto último y considerando que las propuestas del Gobierno se han orientado a disminuir en el mediano plazo los impuestos directos a las empresas, con el propósito de incentivar una alicaída inversión, es que durante las últimas semanas algunos expertos han planteado la opción de incrementar el impuesto al valor agregado (IVA), esto para compensar la potencial menor recaudación derivada de los menores impuestos a las empresas. La medida tiene sustento en que el IVA es un impuesto de fácil recuperación y permite al Fisco contar con recursos frescos rápidamente, además, este tributo representa casi la mitad de la recaudación en Chile y su impacto es potente en las finanzas públicas. Sin embargo, aumentar esta tasa tiene consecuencias regresivas en la distribución del ingreso, pues quien paga la mayor proporción de este impuesto es la población que percibe menores rentas. Si consideramos que en Chile cerca del 80% de la fuerza de trabajo percibe un salario menor a $550.000 y que casi la totalidad de ese ingreso se destina a consumo, finalmente una gran proporción de la recaudación atribuible al IVA la paga la población de menores salarios, dado que quienes perciben rentas más altas no destinan la totalidad de su ingreso al consumo, pues también tienen la posibilidad de ahorrar. En La Araucanía el impacto sería más agudo, considerando que es la región con menores ingresos medios del país, donde cerca del 70% de la fuerza de trabajo percibe menos de $350.000, destinando prácticamente todo su ingreso a consumo. En consecuencia, proporcionalmente financian el IVA los quintiles inferiores, esto nos permite inferir que un alza de este impuesto afecta a quienes menos ganan. Por otra parte, una medida de este tipo implica fundamentar claramente los ítems de gasto social que financiaría para garantizar una transferencia de recursos eficiente. Además, si se busca aumentar la recaudación por esta vía es posible, por ejemplo, analizar la aplicación de un IVA diferenciado que aplique una mayor tasa a los bienes de consumo suntuarios o de lujo y otra inferior a los de primera necesidad como alimento y transporte entre otros, así se minimiza el impacto regresivo de la medida.

Humberto Salas Jara, académico Facultad de Administración y Negocios, Universidad Autónoma de Chile

El periodista Oscar Contardo comentaba hace meses sobre el libro "Desiguales orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile", y frente a sus aseveraciones es muy posible que internamente nos cuestionemos cuánto de clasismo existe en cada uno. Cuánto de movilidad social representamos y cuánto de esa misma movilidad le impedimos a muchos otros.

Ver el espectáculo que dieron vecinos de Las Condes porque su alcalde anunció un proyecto inmobiliario de departamentos sociales nos interpela como país a analizar desde lo más profundo este verdadero Apartheid clasista que vive Chile y que, aunque duela, en La Araucanía se vive a diario y con más intensidad.

Si bien la educación ha sido motivo de un diagnóstico en torno a sus capacidades de producir movilidad social hacia el futuro, esto se debe a que la educación pública en algún momento de la historia de Chile comenzó a ser un modo de ascenso social para una clase media mayoritaria. Sin embargo, eso se termina después de la municipalización, cuando aparecen las universidades privadas, y la educación pública termina disminuyendo su presencia simbólica, y en el caso de los liceos y las escuelas se transforman en una educación para pobres. Esta absurda división por color, por origen social o incluso por apellido es una costumbre que se instaló no hace más de 40 años. Es absolutamente un mito que la convivencia de familias de distintos sectores sociales dentro de una misma zona, de un mismo barrio, genere impactos negativos en el valor del suelo, plusvalía o convivencia. Está demostrado que las mejores ciudades del mundo, las más avanzadas, las más seguras, esas que miramos desde lejos y hacia arriba, son precisamente aquellas que promueven políticas de integración social, como las que se están discutiendo ahora.

La Araucanía es un capítulo aparte porque se resignó al disimulo más doloroso, desde las autoridades que deberían trabajar políticas de integración más efectivas, hasta cada uno de nosotros que nos encerramos en nuestra realidad sin importar el otro casi en lo absoluto.