Frases
"Los trabajos informales tienen ingresos muy bajos y ellos están empujando los ingresos a la baja".
Patricio Ramírez,
"La comuna comienza a ponerse traje de etiqueta".
Guillermo Martínez,
"Los trabajos informales tienen ingresos muy bajos y ellos están empujando los ingresos a la baja".
Patricio Ramírez,
"La comuna comienza a ponerse traje de etiqueta".
Guillermo Martínez,
Con una infraestructura de 600 mil dólares cuenta la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco en el campo de exposiciones que se encuentra ubicado en el sector norte de la carretera Panamericana. Allí se efectuará este año la 49 versión de la Exposición Agrícola y Ganadera y Cuarta Feria Internacional de La Frontera.
En un 19,5% aumentaron las exportaciones en La Araucanía en relación al trimestre móvil anterior (de abril a junio). El alza es la mayor que se registra desde la década del 90. Según lo explicado desde ProChile, la situación se debe a los tratados de libre comercio y el cambio de mentalidad de los empresarios locales.
La Fiscalía de Alta Complejidad pidió una pena de veinte años de presidio para los cuatro comuneros mapuches imputados por el ataque incendiario que el 9 de junio del año 2016 destruyó la Iglesia del Señor que se encuentra ubicada en el sector Truf Truf en Padre Las Casas. El ente persecutor invocó la Ley Antiterrorista.
Tradicionalmente en los campos de La Araucanía se ha observado la presencia de una serie de productos frutícolas que estuvieron desaprovechados, salvo un uso familiar reducido y que hoy son motivo de mucho interés y que han entrado a formar parte del movimiento comercial de la Región, creando fuentes de trabajo y emprendimiento para miles de familias.
Hoy se les denomina "rubros emergentes" y en torno a ello se construyen alianzas productivas, como el convenio de cooperación entre la Fundación para la Innovación Agraria -FIA- y el Gobierno Regional. Qué duda cabe de que se trata de iniciativas visionarias, que pudieron ser puestas en marcha hace muchos años.
Estos "rubros emergentes" son variados, entre ellos las frutas hasta ahora silvestres y en torno a las cuales se ha generado investigación y experimentación para hacerlas cultivables, como ocurre con la mora, la rosa mosqueta y la inigualable murtilla. En la Patagonia se suma el calafate, toda una atracción con múltiples usos.
En algunos hogares campesinos se les utilizó para elaborar mermeladas o jugos concentrados; en la época para los exquisitos kuchenes. Más allá de eso, y la venta en ciudades aledañas, no hubo emprendimientos ni apoyos mayores, como lo son hoy el cultivo domesticado, en parte gracias a la investigación de Inia Carillanca.
La rosa mosqueta ha tenido en el Biobío un aprovechamiento industrial exportador de peso, tras los estudios en los años 70 de la Corporación Industrial para el Desarrollo en la Región del Biobío -Cidere Biobío-, pero en La Araucanía, salvo la presencia de algún poder comprador, nada se hizo al respecto.
Por fortuna hoy existe una nueva visión y se debe trabajar aceleradamente para recuperar el tiempo perdido y generar progreso real para sus gentes campesinas. Esto debe incluir frutos, hojas, hongos, hierbas, etcétera, como otras manifestaciones del emprendimiento con recursos que están a la mano.
Desde los inicios de la actual Reforma, se viene debatiendo acerca del significado de la calidad en educación. Estoy convencido que la calidad es lo más difícil, porque en lo más profundo no es mesurable. Evaluar saberes y medir fórmulas matemáticas es más fácil, pero definir desde ahí la calidad puede significar descuidar la verdadera educación. La persona es un proyecto que puede frustrarse si no se orienta hacia su plena humanización. Eso es lo que numerosos papás piden de nosotros en la formación de sus hijos.
Sabemos que la educación, como el cristianismo, no es solo fruto de un saber, es parte de una pasión. Si ella se pierde nos morimos. Debemos temer una educación que tiene todo claro, fórmulas, prohibiciones, pero es incapaz de apasionar.
Calidad es darle sentido a la educación y educar a una vida con sentido. Es decir definir los fines para no confundir los medios con los fines. Uno de los puntos más delicados de la cultura moderna es que nos llenó de medios y nos quitó los fines, incluido en educación.
Pero desgraciadamente vivimos en el engaño porque nuestra sociedad hoy día no quiere pensar en esto, invita al hombre a vivir y gozar sólo el presente. Al arrebatarnos los fines nos quita el tiempo y la libertad. El que no vive de acuerdo a valores objetivos y universales, no tiene criterios para discernir la verdad y ejercer su libertad, ¿qué medios elige?, ¿por qué elige una cosa y no otra? Quien no tiene fines se convierte en esclavo de los medios, se llena de ellos, y no orienta su vida. Se enrosca en sí mismo. Dar un fin a la vida está en el centro de toda educación, genera seres libres, sujetos de la historia.
Cuando yo tengo un fin puedo soñar, puedo secar mis lágrimas sin mentira, darle un sentido al trabajo y superar los fracasos. Quien sabe para qué vive, logra ordenar las victorias y las derrotas, las alegrías y las penas. La primera riqueza que tiene una auténtica educación, es que tiene la posibilidad de ofrecer un sentido por el cual valga la pena jugarse la vida.
Cuántas veces he oído a muchos decir que la educación es para formar al hombre, pero inmediatamente después te dicen que es necesario impartir una buena educación porque hemos firmado tratados internacionales, porque Chile tiene que ser competitivo. Nos recuerdan que Chile tiene que producir más y salir a vender. Aunque eso es verdad, existe el peligro de creer inconscientemente que la calidad de la educación consiste en la calidad y cantidad de nuestra producción. Más que el ser humano interesa el mercado, el productor y el consumidor, destrezas y competencias científicas y tecnológicas, para ser eficientes y competitivos. Extraña antropología que olvida lo más humano de lo humano.
Héctor Vargas, obispo de Temuco