Mañana despedirán los restos de conocido joyero Aldo Espinoza
TEMUCO. El fundador de "Aldo Creaciones" falleció la mañana de ayer y hoy es velado a un costado de la Catedral.
Testigo privilegiado de uno de los eventos más emocionantes que ha experimentado el pueblo cristiano de Chile en las últimas tres décadas, el joyero Aldo Espinoza, fundador de Aldo Creaciones en Temuco, falleció la madrugada del sábado en la capital de La Araucanía y dejó tras de sí una vida ejemplar y un potente recuerdo para su descendencia.
El 5 de abril de 1987, junto a su esposa Gloria Painecura, carga entre sus manos una caja de madera que porta un copihue y una araucaria de plata creados por sus propias manos, el original regalo de la Diócesis San José para el Papa Juan Pablo II durante su visita a Temuco que él y su señora le entregan personalmente ante 200 mil fieles católicos.
En 2017, cuando se cumplían 30 años de esa histórica visita, aún recordaba con emoción esa experiencia, la que calificó simplemente como algo "increíble", muy a pesar de los nervios del momento.
El camino
Aldo Espinoza, recuerda su hijo Aldo, fue un hombre de origen humilde que un día encuentra su verdadera su pasión y no la suelta más.
Hace más de cinco décadas, luego de emplearse como junior de la Joyería 18 Kilates de Santiago, un maestro italiano decide traspasarle sus conocimientos dado que ve en él la determinación y ganas de aprender el oficio.
Es tal la entrega del aprendiz que con el correr de los años termina siendo jefe del taller.
Con el oficio en la sangre, hace 45 años, en plena década los 70, Espinoza deja Santiago junto a su esposa para instalarse en Temuco. Aquí trabaja cinco años al alero de Arnoldo Henzi y luego se independiza, es ahí cuando retoma un proyecto que había originado en la capital nacional, Aldo Creaciones, la joyería que por cuatro décadas le permitió hacer una vida de logros y progreso familiar.
Padre de tres hijos, Espinoza dio vida a numerosas piezas originales, especialmente en plata, que no sólo adquirieron chilenos y chilenas, sino que se fueron a destinos como Estados Unidos, México, España, Italia y a países de Centro América.
"Jamás olvidó de dónde venía"
Aldo Espinoza Painecura, hijo del conocido joyero, destaca otras virtudes de su padre: "Mi papá y mentor siempre fue una persona muy noble, siempre fue un buen samaritano, fue un ser humano que siempre ayudó a sus colegas, a otras personas, siempre tendió una mano a quien la necesitaba y sin pedir nada a cambio. Así fue su vida, de no tener nada pasó a conquistar un buen pasar, pero jamás de olvidó de dónde venía".