Andrea Arias Vega
Cuando faltan cinco días para que el Presidente Sebastián Piñera anuncie el contenido del Plan Araucanía, el obispo de Temuco, Héctor Vargas, hizo un llamado a la unidad y al diálogo social, en el marco del tradicional Te Deum, homilía que se realiza en Chile a instancias de los padres de la patria desde el 18 de septiembre de 1818.
Según detalló monseñor, la fórmula propuesta es "el camino ineludible" para garantizar la paz y el desarrollo en la Región, ya que ni la mejor de las soluciones pensada en la capital será la panacea, si la gente que vive en el territorio no cambia de actitud y abandona los prejuicios.
"Las soluciones no pueden venir sólo de acciones estatales, sino que se requiere de algo mucho más profundo, y ello depende exclusivamente del aporte, compromiso y cambio de actitudes de quienes vivimos aquí. Si ello no ocurre, hasta las mejores iniciativas venidas de fuera, pueden naufragar", enfatizó Vargas, quien de paso recordó la visita del Papa Francisco en Maquehue y las pistas que el Pontífice entregó en torno a la unidad.
"Una de las principales tentaciones a enfrentar es confundir unidad con uniformidad, ya que la unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias. La unidad no es ni será una uniformidad asfixiante, que nace normalmente del predominio y la fuerza del más fuerte, ni tampoco una separación que no reconozca la bondad de los demás", aseveró el pastor de la Diócesis de Temuco.
Al ser consultado al respecto, el intendente Luis Mayol (RN), dijo que el llamado de monseñor es lo que estamos buscando hace mucho rato. Aquí hay objetivos comunes, independiente de la etnia, que es sacar a la Región de la pobreza y el lugar de atraso, para eso tenemos que empujar todos juntos en unidad, lo que no significa uniformidad".
Diálogo social
Este diálogo social al que exhortó monseñor, aclaró que se aleja de la negociación cuya finalidad es obtener un beneficio particular.
"Lo que se necesita es que los distintos líderes de la Región, de todos los ámbitos, puedan sentarse y comenzar a dialogar para buscar juntos el bien común de todos, independiente de los intereses sectoriales, aunque pensemos distinto, seamos muy diferentes y existan muchos prejuicios. Hay que seguir el ejemplo del lonco Aniceto Norín y Jorge Luchsinger", detalló monseñor.
Para que la unidad y el llamado al diálogo tengan una real posibilidad, Vargas advirtió que la violencia no puede ser validada, entendiéndose también por violencia las promesas incumplidas al pueblo mapuche.
"La unidad es una diversidad reconciliada porque no tolera que en su nombre se legitimen las injusticias personales o comunitarias. Necesitamos de la riqueza que cada pueblo tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer que existen culturas superiores o culturas inferiores (...) una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse tampoco en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas. No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división", recalcó el obispo de Temuco.
En este mismo contexto, añadió que "no debemos temer al conflicto, porque si no asumimos que lo tenemos, no podremos dialogar ni superarlo nunca".
Plan araucanía
Respecto de la expectación regional que existe a la espera del anuncio presidencial del Plan Araucanía, el obispo de Temuco recordó que innumerables han sido los esfuerzos e iniciativas, pero que hasta ahora "siguen siendo insuficientes", por lo mismo, espera que el anuncio presidencial se haga desde "el humanismo solidario".
"Hoy esperamos un nuevo pronunciamiento sobre la Región de parte del Presidente de la República. Se trata del Plan Araucanía, del cual esperamos tanto buenas noticias acerca de anhelos políticos del pueblo mapuche, como de los Proyectos de Ley que sobre este tema que están en el Congreso, y decisiones que favorezcan en modo importante la inversión, producción, comercio y empleo. Todo ello en vista de la ansiada paz", sentenció monseñor Vargas.