Uber y fiscalización
Hace un par de semanas, me controló el Ministerio de Transportes, "trabajando" como Uber, me quitaron el auto (que no era mío, me lo facilitaron para trabajar). Llevo siete meses cesante, tengo 47 años, he postulado a muchos trabajos y he ido a muchas entrevistas y no me han llamado de ninguno y pensé que produciendo algo de dinero, podría de alguna forma paliar mi situación y sobretodo el arriendo y otras deudas, pero lamentablemente estos "inspectores" me detuvieron en el acto, "cumpliendo la norma y que ciertamente es lo correcto"; pero lo malo de todo esto y que me llama mucho la atención, es que uno de los tres fiscalizadores, un excarabinero que recibe por parte baja como jubilación mensual $800.000 pesos líquidos al mes, era el más renuente a lo que yo les decía y pedía. Les llegué a rogar, incluso me dijo "si los corrales están llenos y que será así, por lo mismo no le dejaremos su vehículo y se lo podrá llevar", pero era mentira, lo único que quería este ser era dejar el auto y sentirse realizado y así fue, y para remate dos partes de $700.000 pesos cada uno. Con esto ya estaba sentenciado a morir, era una novela de Dostoievski. ¿Qué quieren?... Que uno sea delincuente, parece que sale más barato robar que trabajar honestamente…
Mi pregunta ahora es a las autoridades pertinentes y ojalá tengan la amabilidad de responderme y el criterio de hacerlo, en base a las leyes de transparencia que están vigentes en nuestro país. Por qué un exfuncionario de Carabineros que percibe una jubilación de alrededor de $800.000 mil pesos líquidos, puede recibir además, un sueldo que le paga el Ministerio de Transportes de unos $600.000 mil pesos líquidos (me imagino), le dan la oportunidad de poder seguir trabajando y ganar estos dos tremendo sueldos; y qué pasa con nosotros que estamos cesantes, es una tremenda burla y desprecio a mí y a cientos más que tienen las capacidades intelectuales, culturales, educacionales para optar y desarrollar cualquier función dentro de un estamento público.
José Villagra Morales
In memoriam
Pablo Manzur Apara, en este mes de octubre se cumplen seis años desde que dejó este mundo y especialmente la comuna de Villarrica, a la que tanto quería. Comerciante de tomo y lomo, dueño y administrador de la otrora "Tienda El Cometa". Trabajador incansable, desde niño llevando la responsabilidad en el negocio iniciado por su padre, y posteriormente por su persona.
Dio trabajo a muchas personas de la comuna, se calcula entre 18 y 24 trabajadores. Sin duda hombre de éxito formado en la Universidad de la Vida, que a veces es mucho mejor que una formal, porque da sabiduría. Su oficio de comerciante lo hizo un profundo conocedor de los hombres, por lo que sabía de antemano lo que querían y necesitaban.Se sentía igual de cómodo compartiendo con el humilde como con el pudiente. No hacía en el trato distingos prejuiciosos. Gran consejero, siempre tolerante y prudente en sus opiniones. Por cierto nunca dio un consejo sin que se lo pidieran. Hombre fuertemente ligado a la Iglesia Católica, pero no por ello menos tolerante con los no creyentes o creyentes de otras religiones. Gran colaborador con clubes deportivos e instituciones sociales. Pablo, ¡cuánta falta nos haces para nuestra comuna!Tus amigos de Villarrica
Protección a los humedales
Cabe tener presente que nuestros humedales y lugares afines permiten la subsistencia de diversas especies del reino animal, posibilitando el equilibrio ecológico. Está vigente un plan que busca proteger ciertos humedales, pero su efectividad es muy escasa e insuficiente. Por ello una senadora está buscando inscribir los humedales urbanos como bienes nacionales, pero tal medida carece del impacto necesario en la materia. Sería apropiado responsabilizar a los municipios para proteger efectivamente los humedales existentes en su área territorial, lo cual correspondería especificarlo en la Ley Orgánica Municipal.
Patricio Farren
Golpe a los adultos mayores
En el primer gobierno del Presidente Piñera se promulgó la Ley 20.732, que rebajaba el pago de contribuciones a los adultos mayores, bajo ciertas condiciones de ingresos y avalúo de las propiedades.
Si bien esta normativa significó un alivio para muchas personas de la tercera edad, hoy se convirtió en letra muerta para miles de ellos que vieron con impotencia un alza exponencial del avalúo fiscal de sus hogares, perdiendo con ello el beneficio de esta regulación y siendo obligados a pagar un impuesto territorial al que sus pensiones no les alcanza.
Es urgente que el Gobierno modifique la actual legislación, de lo contrario, miles de adultos mayores serán obligados a vender el que ha sido su gran proyecto familiar: "la casa propia"; convirtiendo el sueño de vivir tranquilos y disfrutar de sus años dorados en una pesadilla de deudas y remates.
Cristián Araya L.