Desde 2010, los intendentes de La Araucanía han ejercido sus cargos por no más de ocho meses. Estas autoridades, y sin calificar sus capacidades, no han podido resolver las principales dificultades de la Región y en especial el centenario y doloroso conflicto mapuche que se acrecienta cada día. A su vez, los gobiernos, sin excepciones, sólo han maquillado esos agudos problemas con "soluciones de parche", ineficaces para abordar situaciones en extremo complejas y que desde siempre pudieron preverse como muy severas no sólo para la Región, sino para el país en su conjunto. Ante esto, aquellos gobiernos intentaron "sacarse el pillo" trasladando a los intendentes sus responsabilidades por los magros resultados de las soluciones concebidas en el nivel central. Así, estas autoridades fueron pasando a la historia motejadas, a veces muy injustamente, de fracasadas, mientras sus superiores se lavaban las manos. ¿Y qué más podían o pueden hacer esos intendentes, si carecen de los instrumentos y atribuciones necesarios para resolver un problema que es de exclusiva y total responsabilidad del Estado de Chile, representado desde el retorno a la democracia por cuatro gobiernos de izquierda y dos de derecha?
Es una realidad cada vez más patente que el temor y la desconfianza aumentan en la región del hualle y el laurel, como dice un himno. Eso es resultado de atentados incendiarios contra iglesias, colegios, casas de comuneros y huincas, vehículos y maquinarias de todo tipo, también de ataques a buses con pasajeros indefensos y, lo más grave, de muertes violentas de personas. Hoy, a las manifestaciones derivadas de la sensible muerte del comunero Camilo Catrillanca se suman estudiantes secundarios y universitarios.
Creo que se debe liberar a los intendentes de la responsabilidad de pacificar La Araucanía y dejarlos conducir su desarrollo económico, social y cultural y sus cometidos no pueden ser de lunes a viernes al mediodía para regresar a la capital, nuestros problemas y conflicto no tiene días festivos.
Por eso, y con el mayor respeto, le sugiero al señor Presidente de la República que designe un Comité Presidencial, con asentamiento permanente en la zona y con la expresa misión de lograr acuerdos que solucionen las demandas mapuches y posibiliten los aportes del resto de la sociedad, para que así, con el concurso de todos, La Araucanía pueda superar sus precariedades y conjurar el riesgo de llegar a ser una región condenada.
Roberto Muñoz Barra Exsenador y presidente del Instituto Estudios Públicos Social Demócrata