Hugo Soto Cárdenas
Escasez de programas y de iniciativas para la población migrante; ausencia de nivelación de estudios para convalidar educación secundaria; inserción mayoritaria en labores estacionales como cosecha y packing de frutas; barrera idiomática como problema para encontrar trabajo; dificultades de adaptación e integración mayormente por parte de las personas adultas, son los principales problemas que deben afrontar los migrantes que llegan a Temuco y a La Araucanía, situación que se ve especialmente reflejada con la población haitiana.
Las conclusiones corresponden al "Diagnóstico situación migratoria en La Araucanía. Brechas en el ámbito laboral y de habitabilidad", realizado por la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado, el Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales de la Universidad de La Frontera, y el Instituto Nacional de Derechos Humanos. El documento, que sintetiza y analiza la información recogida en servicios públicos regionales, así como la oferta pública que hoy existe a disposición de la población migrante, tuvo como objetivo principal el generar un diagnóstico acerca de la situación migrante en La Araucanía, con énfasis en los avances y brechas en situaciones de habitabilidad y condiciones laborales.
LA MIGRACIÓN
En los últimos meses, la migración a nivel nacional se ha tornado un tema relevante, tanto desde la política pública como también desde la percepción ciudadana. En La Araucanía, se puede constatar un aumento de población migrante tanto en Temuco como en otras comunas, y es así que los datos del Censo 2017 hablan de un 1% de migrantes en la Región. Sin embargo, estos datos no lograron constatar procesos migratorios ocurridos tras esa medición y que inciden en el panorama regional.
Los principales problemas detectados fueron, en materia de Educación, la existencia de dificultades de adaptación e integración, mayormente por parte de las personas adultas; en Salud, la estigmatización negativa vinculadas a patologías hacia los migrantes, particularmente con la población haitiana; en Vivienda, la presencia en muchos casos de situaciones de hacinamiento, lo que afecta la salud física y mental de los migrantes.
En lo que respecta al Trabajo, los problemas que afrontan los migrantes quedaron bien establecidos: Escasez de programas y de iniciativas para la población migrante; la falta de nivelación de estudios para convalidar la educación secundaria; falta de un sistema de regularización de su situación, afectando posibilidades de inserción; barrera idiomática como problema para encontrar trabajo.
Además, los migrantes se insertan en labores estacionales como cosecha y packing de frutas, construcción, especialmente de población haitiana.
En cuanto a propuestas de solución, este diagnóstico propone, a nivel nacional, la elaboración de una ley bajo enfoque de derechos humanos, que garantice mínimos a la población migrante que opta por Chile como país de destino. También sugiere la centralización de información relativa a migrantes, algún tipo de ficha de registro de estos que permita a todas las instituciones estables tener acceso a la información.
A nivel regional, se sugiere mantener y ampliar la mesa intersectorial orientada a la coordinación de iniciativas dirigidas a la población migrante; desarrollar instancias de formación y capacitación tanto en sensibilización como en aspectos de derechos e información necesaria que deben manejar las instituciones públicas; promover instancias de diálogo con el mundo empresarial, y mediación desde la academia a espacios de intersección entre colectivos migrantes, empresas y Estado.
Fuera del pacto
Natalia Caniguan, directora del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales de la Ufro, consultada respecto de cómo afecta -en esta búsqueda de soluciones- que Chile no se haya adscrito al pacto migratorio de la ONU, señaló que "es complejo, pues las recomendaciones del informe señalan que el punto de partida es generar una legislación acorde a entender la migración como un derecho humano, y cuando tenemos hoy declaraciones del Presidente Piñera y de su equipo que señalan que migrar no es un derecho, la verdad es que cuesta empezar a homologar el cómo vamos a entender la inmigración y cómo las políticas se van a hacer cargo de este fenómeno. Lo que hoy tenemos en Chile es una política con una mirada desde la seguridad pero que no se preocupa del bienestar ni del acceso a los servicios básicos que debe tener la población migrante. Y el pacto de Marrakech en cierta medida buscaba promover esa situaciones, precisamente".