Brandon Hernández: "Pensé que iba a morir y solo le pedía ayuda a Dios"
CASO HUENTECOL. El joven baleado por la espalda en un operativo de Carabineros, el año 2016, entregó su testimonio en el juicio contra el sargento Cristian Rivera.
"Desperté a los tres días con un 40% de sobrevida. Estaba amarrado e hinchado y desperté en la Clínica Alemana; sufrí mucho y pedía anestesia a cada momento. Pensé que me iba a morir, y solo le pedía ayuda a Dios porque quería salir de ahí". Con esas palabras, Brandon Hernández Huentecol relató ante los jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Angol lo que sintió cuando despertó tras haber sido baleado con una escopeta la tarde del 18 de diciembre de 2016, en Collipulli.
El joven entregó su testimonio tras un biombo, medida de protección que solicitó la Fiscalía en su calidad de víctima.
Brandon recordó cómo se inició esa trágica tarde cuando recibió un disparo de escopeta a corta distancia.
"El carabinero me pega con la escopeta y me dice: tírate al suelto o te disparo. Yo le veía el cañón y lo miraba a la cara. Él estaba rojo, intranquilo, como en la guerra. Me tiré al suelo y ahí me dice ponga las manos en la espalda", relató Brandon, tras indicarle a los jueces que corrió hacia una patrulla de Carabineros luego de que éstos tomaran por la fuerza a su hermano menor de edad, en medio de un operativo policial frente a su domicilio.
En la sala de audiencia el joven fue consultado por el fiscal Nelson Moreno si lograba identificar a la persona que le disparo, a lo que Brandon respondió: "Lo veo claramente", indicando que se trataba del imputado, el carabinero Cristián Rivera Silva.
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El joven precisó ante los jueces que durante todo momento mantuvo la conciencia y que luego del disparo "los carabineros se acercan a ver qué pasaba. Hablaban entre ellos y decían: la cagaste. También después escuchaba como seguían pasando bala".
El joven recordó además que fue subido a una camioneta de Carabineros y trasladado junto a su padre hasta el hospital de Collipulli, desde donde los transfirieron en ambulancia directamente al hospital de Angol.
"Me pusieron una mascarilla y me dormí", afirmó.
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"El carabinero me pega con la escopeta y me dice: tírate al suelto o te disparo".
Brandon Hernández,, víctima del disparo."
Las consecuencias médicas
En su testimonio el joven afirmó que los médicos le han advertido que con el paso de los años los perdigones de plomo que tiene en su cuerpo pueden hacer que el material nocivo pase a su torrente sanguíneo. "De a poco, me dijeron, podría sufrir de pérdida de memoria o dolor de cabeza, hasta finalmente llegar a la muerte", indicó Brandon. Consultado por sus sensación por el juicio, el joven indicó que "mi sentimiento es de impotencia rabia y odio. No soy nadie para meter en la cárcel a alguien pero que alguien así ande suelto disparando y amenazando a gente y niños, no puede seguir en libertad".