Andrea Arias Vega
Cinco estudiantes egresados de cuarto medio, que crecieron institucionalizados en residencias de la red Sename y organismos colaboradores por medidas de protección, se matricularán esta semana en la Universidad de La Frontera para estudiar con beca de gratuidad una carrera universitaria.
El hecho es inédito en el sistema de educación superior del país y tiene su génesis en el compromiso ético social de los académicos Raquel Lara y Edoardo Tosti-Croce, quienes realizaron un trabajo de "investigación acción" que contó con el respaldo del exrector Sergio Bravo y el actual, Eduardo Hebel, además de la Vicerrectoría de Pregrado.
PROGRAMA
"Mi Carrera, Mi Futuro" es el nombre de este programa pionero que debuta este año en el proceso de admisión 2019 y que abrió un total de seis cupos, uno por facultad, llenándose cinco de ellos.
Dos de estos estudiantes estuvieron en el Cread Alborada, dos son de Organismos Colaboradores del Sename (Ocas) y uno de ellos estuvo en un hogar que no recibe subvención del Sename.
Tres son hombres y dos mujeres. Tienen entre 18 y 19 años y son oriundos de Temuco, Villarrica, Angol y Padre Las Casas.
Según el trabajo de investigación de campo que realizaron los académicos impulsores de la iniciativa, el cual comenzó hace dos años, existen en la Región 14 niños institucionalizados que egresaron de cuarto medio con un promedio de 5,8 y que nunca repitieron un curso. Ellos estuvieron, en promedio, 10 años en el sistema.
De ellos, nueve optaron por una carrera técnica profesional, quedando los otros cinco beneficiados con este programa piloto que premia su resiliencia para salir adelante, pese a la adversidad.
De los cinco, hay dos que necesitan un hogar o una familia que los acoja para poder estudiar, ya que todos fueron egresados del sistema, situación que los académicos critican, ya que consideran que el Estado debería hacerse cargo mientras ese menor siga estudiando.
La académica Raquel Lara enfatizó que el programa no sólo está destinado a los egresados de cuarto medio. "Hay 41 niños institucionalizados estudiando de primero a cuarto, a ellos los queremos orientar e incorporar a las actividades de acercamiento a la universidad".
La vicerrectora de Pregrado, Pamela Ibarra, señaló que "cada uno de estos jóvenes ha demostrado un espíritu de superación que como institución estamos muy conformes de poder apoyar. Ellos podrán participar en los programas disponibles para todos los estudiantes".
COMPROMISO
Los académicos creadores de la iniciativa están comprometidos de corazón con el programa, más allá de la academia. Ambos tienen historias de vida que se vinculan con la realidad de los niños Sename.
A modo de ejemplo, el doctor en Biología, Edoardo Tosti-Croce, quien es asesor y miembro de la Fundación Ecam, acogió en su familia hace más de 15 años a una adolescente institucionalizada (hoy casada, madre y profesional) y, por lo mismo, está convencido de que existe una serie de mitos que hay que derribar. "Mi experiencia fue muy buena y lo que uno aprendió con esto es que estos niños que terminaron su cuarto medio con buenas notas, no tendría por qué irles mal", señaló Tosti-Croce.
"Necesitamos que la Junaeb responda"
El doctor Tosti-Croce explicó que están esperando la respuesta de la Junaeb, institución a la que le solicitaron cambiar su reglamento respecto de quienes pueden postular a la beca del programa de residencias familiares estudiantiles. "Es insólito, pero nos encontramos que una joven beneficiada nuestra no puede postular a esta beca porque sus padres, a quienes no ve desde los dos años, viven en Temuco. Eso es absurdo y hay que cambiarlo para que la familia que quiera recibirla pueda recibir la beca. También estamos pidiendo que la Ufro sea considerada un tutor legal y aspiramos a que la Junaeb construya una residencia para estos niños a futuro".