Nicolás Soto, el primer mártir de Villarrica: murió el bombero que salvó a su compañero
DOLOR. Un examen médico evidenció la muerte cerebral y tras ello, se constató su fallecimiento a las 10.40 horas de ayer. La familia realizó los trámites para donar sus órganos.
"Cuídate mucho Nicolás, acuérdate que dejas a tu madre con el corazón en la mano!". Ese fue el comentario que la mamá de Nicolás Francisco Soto Estroz, de 20 años, posteó en la publicación en la que se informó de la salida del carrobomba en el que su hijo iba, una vez más, a combatir incendios forestales.
Eran las 15 horas del domingo 3 de febrero, cuando Nicolás salió junto a sus compañeros de la Tercera Compañía de Villarrica con una sola misión en mente: salvar las vidas y bienes que estaban en peligro por los múltiples incendios forestales que habían entre Nueva Imperial y Carahue.
Los bomberos de esa zona estaban sobrepasados por la simultaneidad de los focos y uno de ellos ubicado en el límite comunal, entre Cardal y Agua Tendida, estaba acercándose violentamente hacia una sede social y varias viviendas de comunidades. Allí se bajó Nicolás junto a sus colegas.
Tomó herramientas y se dispuso a trabajar junto a Sebastián Curivil, un bombero de la Segunda Compañía de Nueva Imperial, con quien jamás había hablado, pero de inmediato hizo química para trabajar de manera coordinada.
Heroico
Según recuerda Curivil, estaban en eso cuando -de súbito- escucharon un helicóptero casi encima de ellos. Al ver que el balde venía lanzando agua directo hacia ellos, él cerró los ojos. Pero Nicolás lo empujó, para salvarlo, lo que provocó que no pudiera esquivar el golpe del "bambi bucket" o balde de agua que le dio de lleno en la cabeza.
El impacto le provocó un traumatismo encéfalo craneano de tal magnitud, que Nicolás entró en paro cardiorrespiratorio del que no lo pudieron sacar sus compañeros, quienes desesperados llamaron a una ambulancia de un Cesfam imperialino que, afortunadamente, coordinó rápidamente una evacuación aeromédica con un helicóptero de Carabineros.
Un nuevo mártir
Nicolás ingresó a eso de las 19 horas de ese domingo a la UCI del Hospital Regional de Temuco y quedó en estado crítico, de riesgo vital, conectado a un ventilador mecánico.
Tras nueve días hospitalizado, en los cuales sus compañeros bomberos nunca dejaron de tener fe en su recuperación, los médicos lo declararon fallecido a las 10.40 horas de ayer, luego de constatar su muerte cerebral con un examen llamado "test de apnea".
Durante la tarde, el joven bombero se mantuvo conectado a la máquina de respiración para que su familia se despidiera y realizara los trámites de donación de órganos, dando cumplimiento a lo que dijo que sería su última voluntad.
Así, siendo solidario y generoso hasta el último día de vida, partió Nicolás Soto, de 20 años, el primer mártir de Bomberos de Villarrica y el 314 de Chile.