Frases
"Es un honor que me hayan considerado en este circuito".
Humberto Mansilla, atleta Tiro del Martillo
"Invitamos a la comunidad a asistir a las celebraciones en torno a la danza".
Julia Hazbún Game,
"Es un honor que me hayan considerado en este circuito".
Humberto Mansilla, atleta Tiro del Martillo
"Invitamos a la comunidad a asistir a las celebraciones en torno a la danza".
Julia Hazbún Game,
Ante proyecto de Ley que buscaría obligar a sacerdotes a revelar información obtenida por confesión sacramental en ciertos casos, es necesario recordar que la Iglesia Católica establece que todo sacerdote que oye confesiones, está obligado a guardar un secreto absoluto y perpetuo sobre los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo pena de excomunión, y es inviolable sin excepción. Ni hacer uso de los conocimientos que la confesión le da sobre la vida de los penitentes.
Por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo. Aun cuando él supiera la identidad del penitente, no puede comentarle nada de lo que le dijo en confesión.
El sigilo obliga por derecho natural (en virtud del cuasi contrato establecido entre el penitente y el confesor), por derecho divino (en el juicio de la confesión, establecido por Cristo, el penitente es el reo, acusador y único testigo; lo cual supone implícitamente la obligación estricta de guardar secreto) y por derecho eclesiástico (Código de Derecho Canónico, c. 983). Por tanto, es un crimen para un confesor el traicionar a un penitente ya sea de palabra o de cualquier otra forma o por cualquier motivo, incluso aunque no se obtenga la absolución de los pecados o la confesión resulte inválida.
El sigilo sacramental es protección de la confianza sagrada entre la persona que confiesa su pecado y Dios, y nada ni nadie puede romperlo. Sí, está en la posición -dentro del confesionario- de ayudar al penitente a enfrentar su propio pecado, sobre todo si es muy grave, llevándolo así a una verdadera contrición y esta contrición debería conducirlo a desear hacer lo correcto. Esta rigurosa protección del sigilo sacramental implica también para el confesor la exención de la obligación de responder en juicio «respecto a todo lo que conoce por razón de su ministerio», y la incapacidad de ser testigo en relación con lo que conoce por confesión sacramental, aunque el penitente incluso le releve del secreto «y le pida que lo manifieste», (cánones 1548 y 1550). Por eso mismo, obliga incluso a soportar el martirio antes que quebrantarlo, como fue el caso de San Juan Nepomuceno. Aquí debe tenerse firme lo que afirmaba Santo Tomás: «lo que se sabe bajo confesión es como no sabido, porque no se sabe en cuanto hombre, sino en cuanto Dios», (In IV Sent., 21,3,1).
El sistema del secreto que se da en el orden eclesial, como en cualquier otro orden jurídico, no pretende encubrir tramas, complots o misterios, como a veces la opinión pública cree o, más a menudo, es inducida a creer. El objetivo es custodiar grandes y saludables efectos que con el secreto y la reserva se desean proteger, como la presencia de Dios en lo íntimo del ser humano, para salvaguardar la fama y la reputación de alguien o respetar los derechos tanto de individuos como de grupos.
Héctor Vargas, obispo de Temuco
Cuatro casas de la población "Los Trigales" de la comuna de Loncoche resultaron completamente destruidas producto de un incendio que además dejó a dos personas heridas.
El hecho que las casas fueran pareadas hizo que en momentos se corriera el riesgo que las llamas se extendieran.
Lumaco, Los Sauces, Collipulli, Ercilla, Victoria, Traiguén y Purén son las comunas de Malleco más afectadas por la falta de agua potable, en el contexto de la persistente y extrema sequía que se vive en la provincia desde fines del año pasado. En total, son 7 mil personas -unas 2 mil 500 familias- las que sufren de este problema.
Avanza la planificación del futuro Centro de Montaña en sector de Pino Huacho, en Licán Ray, y en la última reunión se analizó la creación del tubing más largo de Sudamérica. El tubing corresponde a una actividad de descenso por laderas con poca pendiente sobre cámaras de caucho con asas, similares a donuts o balsas.
La intolerancia siempre es una peligrosa compañera, en especial a la hora de hablar de política en nuestra sociedad. Esta falta de diálogo y conversación parece más evidente en los últimos años, desde uno y otro lado, con algunos líderes que parecen creerse dueños de la verdad y que descalifican a sus interlocutores por el solo hecho de pensar diferente.
Y esto también lo vemos en distintos temas de nuestro diario vivir, en que cualquier posición que parezca contraria a un sector determinado, es incluso motivo de ridiculización y de sufrir un bombardeo a través de las redes sociales. Esto, lo único que hace, es desinformar y coartar la libre expresión.
Hemos perdido esa capacidad de escuchar con respeto a quien piensa diferente y el sano ejercicio de debatir. En la mayoría de los casos, el que piensa diferente ante el grupo cae en una especie de censura, independiente si tiene o no la razón. Ese es otro tema.
Si bien las redes sociales han sido un canal efectivo de democratización de las más variadas expresiones y pensamientos, también son un vehículo fecundo para denostar a quienes piensan diferente o rompen el statu quo imperante. Este último punto debería ser motivo de reflexión y análisis al interior de las familias, en los colegios, trabajos y organizaciones.
Así, algunas veces estas opiniones divergentes no se rebaten con la dialéctica, sino a través de la descalificación y los ataques personales por el solo hecho de pensar diferente. La autocensura, muchas veces, parece ser lo mejor para no ser blanco de lo anterior.
Sin embargo, ahí está el gen de la falta de opinión, que no permite escuchar, debatir, compartir y también aprender de los demás, algo que debe ser una señal de alerta. Tenemos el sublime derecho a pensar diferente en Chile, algo que en otros países puede costar hasta la vida. No nos creamos dueños de la verdad, eso en el pasado nos costó muy caro como país, con heridas que, en muchos casos, aún no han cicatrizado.