Damián González
En una solemne ceremonia que contó con la presencia de autoridades regionales y representantes de 17 países de todo el mundo, Colchones Rosen S.A.I.C. anunció ayer, el lanzamiento de su nueva y más sofisticada colección "J. Rosenberg", hecha y supervisada por el propio fundador de la empresa regional nacida en Temuco, en 1958, José Rosenberg Villarroel.
La línea, que será comercializada exclusivamente a pedido, estará disponible a contar del segundo semestre de este año. Contempla camas, ropa de cama y respaldos, los que serán confeccionados íntegramente en dependencias del nuevo taller "J. Rosenberg" (Rosen The Store Temuco), con materiales e insumos 100% naturales que incluyen: lana de oveja, seda, crin de caballo, acero, fibra de coco, algodón, látex natural, madera natural, lino y cachemira.
único en Latinoamérica
"Aún no se define su precio. Es una propuesta de producto de alta gama, con tecnología de punta, materiales naturales y una fabricación muy sofisticada, que permiten entregar un producto con una sensación, confort y tecnología insuperables", señaló Agustín Alfonso, gerente general de Rosen.
Entre las bondades de este producto se destacan los más de 5 mil resortes integrados al colchón, costurados a mano y sin adhesivos químicos (4.300 más resortes que los colchones convencionales); crin o tusa de caballo (pelo), que evita la transpiración del colchón; además de la utilización de lana antiestática y antialérgica en su cubierta, la que ayuda a disipar de mejor forma la humedad.
Los expertos señalan que tales componentes posicionan a la nueva colección J. Rosenberg de Rosen, como "única de adquirir en Latinoamérica".
"La línea fue hecha y supervisada por el fundador, don José. Él estuvo todos los días trabajando con nosotros y viendo combinaciones para llegar a estos productos. Yo creo que hicimos más de 100 prototipos distintos para llegar a esta cama, la cama que buscábamos", comentó el jefe de desarrollo y productos, del área colchones y bases, Rodrigo Aguilera.
"No existe ninguna maquinaria, ni sistema computacional que arroje la fórmula perfecta, esto fue ensayo y error, amparado en la experiencia de seis décadas en el área de colchonería", agregó Aguilera.
Emocionado, José Rosenberg recordó la génesis de este gran desafío. "El equipo tuvo la idea de hacer un colchón que llevara mi nombre. Yo me estaba recuperando, estaba muy enfermo; lo pensé y quise ponerme al frente del proyecto. Nos demoramos como cuatro o cinco años, pero lo conseguimos", expresó.
"Estoy muy satisfecho, y agradecido de mi esposa, quien aceptaba que le cambiara colchones cada tres o cuatro días (ríe). Ella me decía: 'ese sí y ese no'. Así logramos un producto con una sensación única", agregó José Rosenberg.