¿ Ciberdemocracia o caos?
Recientemente, el senador Insulza manifestó una dura crítica a las redes sociales. "Si los políticos van a leer lo que dicen en Twitter en la mañana antes de ir a votar al Congreso, estamos perdidos", afirmó. Irónicamente, la denuncia muestra que la política tradicional está perdida, por lo menos en su acepción de desubicada y carente de orientación ante las nuevas realidades sociales.
Porque la evidencia demuestra que las redes sociales sí están jugando un papel determinante en la política. El cambio de gabinete es el mejor ejemplo: su sola realización respondió a una demanda incontrarrestable, expresada sobre todo a través de Twitter. Por su parte, cada uno de los ministros que debieron abandonar el gabinete había sido cuestionado con mayor o menor fuerza en las redes.
Las opiniones expresadas a través de ellas se han transformado en un complemento a las encuestas clásicas como forma de medir el desempeño de la política. El uso que hacen de las redes líderes particularmente agresivos, como Trump, demuestra que son además un factor de poder.
Ahora bien, en la misma entrevista Insulza critica con razón el uso incorrecto que se hace de las redes, con falsos usuarios y noticias tendenciosas. Sin embargo, si se aplican filtros tecnológicos que eviten el mal uso, similares a los que utilizan las instituciones financieras, se podrá avanzar hacia lo que se ha dado en llamar una "ciberdemocracia", que otorgue a la opinión pública cada vez más posibilidades de expresión y control político.
Jorge Gillies, académico Facultad de Humanidades y Tecnología de Comunicación Social, UTEM
Digitalización al servicio de los pacientes
En la última cuenta pública el Presidente Sebastián Piñera destacó la implementación del Hospital Digital, el cual va a permitir un acceso mucho más oportuno y de mayor calidad, diagnósticos más certeros y tratamientos más eficaces para todo el país, especialmente en aquellas comunas más aisladas.
Si bien el salto tecnológico ha evolucionado rápidamente a nivel nacional, el principal cambio en el sistema de salud actual es el cuidado y la atención integral del paciente.
Es posible tener un sistema de salud chileno que entregue aún más valor a los ciudadanos, expandiendo la medicina de precisión, transformando el cuidado de la salud, mejorando la experiencia del paciente y digitalizando el sistema.
Un resultado de calidad con mayor precisión y exactitud permite que los pacientes puedan tener mejores diagnósticos y tratamientos. Por otro lado, brindar una atención personalizada se puede lograr gracias a la integración de datos e imágenes de laboratorio e información, automatizados y cuantificables.
El desafío a nivel país es poner a disposición una tecnología más amigable para los pacientes y sus familiares, que permita reducir la necesidad de viajar, tener menos efectos secundarios y complicaciones, junto a una recuperación más corta y una mejor calidad de vida a largo plazo.
Sin duda que la digitalización y la aplicación de la Inteligencia Artificial, facilita un cambio en la naturaleza del bienestar y la atención médica.
Generar el cambio en el sistema debe vincularse con el uso de tecnologías digitales. Un ejemplo claro sería llevar diagnósticos de alta calidad a áreas rurales de forma remota, lo cual es uno de los grandes retos para quienes estamos en el sector salud.
Alberto Martínez Gerente General Siemens Healthineers Chile
La dignidad de una democracia
Se puede aceptar una limosna con toda dignidad y lucrar una subvención, cobrar unos dineros por un trabajo ficticio u obtener una prebenda bancaria, con absoluta indignidad.
Apoyar causas nobles y ayudar a la consecución de fines en beneficio de la sociedad es digno. Es indigno respaldar dictaduras que matan la libertad, sean del color que sean y estén en la geografía que estén.
Es digna la laboriosidad que consigue honradamente crear puestos de trabajo y empresas que contribuyen al florecimiento de la economía. Es indigno pretender justificar persecuciones políticas, discriminaciones ideológicas o cambios repentinos de estatus personales.
Aunque el concepto de la propia dignidad o de la indignidad personal es algo subjetivo, existen parámetros y valoraciones objetivas que están en la mente de todos los demócratas y que permiten un juicio más o menos acertado de colectivos y de la propia sociedad, en el seno de la cual, se dan ciertos hechos que algunos pueden llegar a calificar de indignos desde una óptica populista y sectaria.
Por suerte la dignidad de una democracia, se basa en las actitudes y en los valores de la persona y va mucho más allá del pobre concepto que algunos puedan tener de lo digno y de lo indigno.
Valentín Abelenda Carrillo