Pareja de Padre Las Casas celebra 75 años de casados
MATRIMONIO. Serán homenajeados por el municipio por tan larga y ejemplar trayectoria de amor.
Como un amor incondicional y de ensueño se puede describir la historia de Guillermina Muñoz, de 96 años, y Julio Traines, de 98. Los años no han sido motivo para que este firme matrimonio se separe, y es que con tanto amor y dedicación han formado una gran familia que precisamentre se nutre del incondicional cariño de estos dos abuelitos, que gozan de salud, pese el pasar de las décadas.
Este mes, la feliz pareja cumple 75 años de matrimonio, y muchas son las historias y anécdotas hay detrás de aquello.
Es por eso que el municipio de Padre Las Casas ha decidido celebrar este amor y visitará esta semana a la encantadora pareja, a quienes le rendirán un homenaje.
La historia de amor
Fue en la Región de Los Ríos, específicamente en la ciudad de La Unión, donde la pareja se conoció. En ese entonces Julio trabajaba como recolector de leche para sus patrones y Guillermina era, junto a su madre, una dueña de casa.
Fue un 18 de septiembre de 1941, en medio de las ramadas de la ciudad, donde Julio fue flechado por los encantos de Guillermina, quien tenía 18 años.
"Fuimos con mi hermano a mirar las ramadas y me salió este ganso culeco, me sacó a bailar y yo le dije que no, que andaba con mi hermano y que me estaba mirando", señaló Guillermina. Pero ese no fue motivo para que pronto se volvieran a encontrar y no se separaran nunca más.
Pololearon tres años y se casaron. Según señala Guillermina Julio era muy querido por su familia, ya que siempre tenía buenas actitudes con ella.
"Lo querían porque era muy caballero, nunca se pasó de listo", enfatizó.
El Matrimonio
Para algunos las relaciones perfectas no existen, pero Guillermina y Julio han sabido llevar su matrimonio y mantenerlo en perfecta salud.
Son sus familiares quienes indican que la pareja durante todo este tiempo juntos, ha aprendido en el camino a conocerse, a saber respetarse y a valorar cada minuto de sus vidas, entregando un potente mensaje de que el amor eterno existe. Según señala Guillermina, no hay pócima para el amor, "solo son cosas de Dios".
Al momento de hablar de su carácter, es ella quien se describe un tanto arisca y a él, por el contrario, lo describe como un hombre tranquilo y que siempre cede, hasta el día de hoy.
"Nosotros nunca hemos discutido, bueno quien iba a alegar conmigo si yo soy media arisca, ahora ya se me bajaron los cachos, pero era malas ganas con mi pobre viejo" señaló Guillermina. "Pero lo quiero, si no, ya lo hubiese sacado para afuera", agrega, entre risas.
Como matrimonio durante todo este tiempo han cosechado grandes cosas, según señala su nieta Patricia Mornhinweg quien los cuida y vive con ellos. Sin duda lo que más rescata es la numerosa familia que han formado y el amor que se tienen, que es ejemplo para todos.
Esta pareja, con tres cuartos de siglo de matrimonio, celebra sus años en común, y también celebra la vida y el amor.