Destrucción de monumento
Textual como dicen los diccionarios de habla hispana: Héroe - "Persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor".
Otra definición: "Persona venerada por realizar proezas con gran valentía".
Las definiciones de "héroe" hablan por sí solas. En el mundo existen varios países que desearían contar con un héroe de la talla de Prat, pero hay que estar ciego y ser apátrida para no reconocer la gesta heroica que hizo junto a sus camaradas aquel 21 de mayo de 1879, gesta que ha dado vuelta al mundo y cuenta con el reconocimiento en países de diferentes latitudes. Nada más triste ver que ciudadanos que dicen llamarse "chilenos" destruyen nuestra propia historia, mancillando a quien se considera como el héroe máximo de la historia nacional, con la sola justificación de las demandas sociales por las que atraviesa el país.
Por donde se mire no es otra cosa que un acto delictual y que empaña nuestra historia patria, la cual deberíamos cuidar con ahínco y el máximo celo, ya que al perder las tradiciones se comienza a perder la esencia y mística que debemos resguardar y cuidar como compatriotas.
Desapruebo enérgicamente lo ocurrido en la Plaza Teodoro Schmidt de Temuco donde se arrancó y arrastró el busto de Arturo Prat Chacón. Saquemos lección de esto y no permitamos que sigan destruyendo nuestro país junto a lo más sagrado, nuestros héroes y tradiciones.
Manuel Echiburu F., oficial de Marina en retiro
Paz y entendimiento
Con casi cincuenta años a cuestas, ha sido muy difícil y doloroso darme cuenta cuánto nos odiamos entre chilenos.
No entiendo cómo fue posible que hayamos construido el oasis del que se habla por estos días sobre escombros: deseos de venganza, odio visceral a los que tienen más, desprecio a los uniformados, descrédito absoluto de la institucionalidad, ni la más mínima consideración por el otro y lo que ha logrado conseguir. En fin.
Algunos justifican que los abusos han propiciado esto. ¿La solución será entonces abusar de los demás?, ¿se soluciona el abuso que he sufrido destruyendo la fuente laboral o la casa de mi conciudadano?, ¿el abuso de Carabineros se soluciona agrediéndolos en proporción de 10 a 100 o amenazando a sus familias, ¿a sus hijos?
Necesitamos en estos días hacer un acto intelectivo y empático. Es urgente que comencemos a transitar los caminos de la paz y el entendimiento.
Francisco Eladio Méndez Castro
Pobreza televisiva
El malestar social tampoco aguanta más a una TV pobre o "basura" que por décadas ha farandulizado el país.
Enfocan las cámaras todo el día en la violencia, machacando hasta producir pánico, soslayando los daños a las personas o pasando de largo las demandas sociales de fondo.
Cuánto se extraña en la TV pública a informadores de verdad como Raquel Correa, Patricia Verdugo, Patricio Bañados y últimamente a la periodista Mónica González. O en la prensa a Emilio Philippi, María Olivia Monckeberg entre otros, quienes ilustraban e interpelaban con argumentos a sus entrevistados. O en radio los comentarios de Mario Gómez López que reflejaban con autenticidad los problemas sociales.
Hoy, para los dueños de la TV, "el show debe continuar".
Gaspar Millas del Río
Pasantías
Llega el verano, época de los estudiantes en práctica o pasantes. Habría que aprovechar de enviar a carabineros en formación a los organismos de protección de los DD.HH. a estudiar todos los conceptos relacionados con el tema y, repasando los protocolos de Carabineros, compararlos con la doctrina internacional de DD. HH., a fin de proponer algunos ajustes a esos protocolos que los hagan más acordes al Derecho Internacional.
Por otra parte, los futuros funcionarios de los organismos de DD.HH. deberían hacer una pasantía de igual duración en los cuarteles de Carabineros y en las actuaciones callejeras de las Fuerzas Especiales. Deberían ponerse el uniforme, actuar como un carabinero más y aplicar estrictamente los protocolos mientras defienden el cuartel de bombas molotov, piedras y disparos. Lo mismo, mientras se enfrentan a las turbas en la calle que los atacan con adoquines, bombas molotov y otros. Hay que recomendarles a los pasantes que mantengan la cabeza tan fría como si estuvieran en la poltrona de su futura oficina, que no olviden ni por un momento lo ordenado en el protocolo y no jalen el gatillo de su escopeta antidisturbios con perdigones de goma a menos que su integridad física esté en riesgo comprobable, que estén a los 25 metros de distancia reglamentaria, que apunten a las piernas y se aseguren de no disparar sobre adultos mayores o sobre menores de edad.
José Luis Hernández Vidal