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Insólito: chofer es investigado por tener cuatro matrimonios

poligamia. El Ministerio Público de Traiguén recepcionó una denuncia hecha por una ex auxiliar del hospital de esa ciudad, cuya causa se está tramitando.
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El dicho popular dice que los marinos en cada puerto tienen un amor. Pero aunque no viaje por mar, el caso de Héctor Carreño Díaz (66), chofer de buses, podría acercarse a la leyenda. Suma cuatro matrimonios en distintas ciudades. Y ayer, su primera esposa, lo denunció ante la Fiscalía de Traiguén por bigamia.

Se trata de Norma Valenzuela Cerón, de 64 años, quien relató a El Austral su historia. Dijo que en 1966 se casó con Carreño. Dos años después comenzó a quebrarse la relación, puesto que por motivos laborales su marido comenzó a salir por lapsos largos del hogar.

Así, ese mismo año, se dejaron de ver para siempre: "Yo fui el papá y mamá de mis hijos. Nunca me dio ninguna chaucha para los gastos de la casa", cuenta.

Pero esta historia ya tiene algunos capítulos. El 16 de agosto de 1985 este medio publicó una nota donde se daba cuenta que Héctor Carreño había sido detenido por efectivos de la PDI en Santiago.

"Héctor Hernán Carreño, de 38 años (en ese entonces), logró engañar a sus tres cónyuges aprovechando su condición de chofer de una línea de buses, lo que le permitía mantener tres hogares distintos y usufructuar de los bienes aportados por sus tres esposas y familiares de las mismas", dice el texto periodístico.

La nota indica que, además del matrimonio con Norma Valenzuela, registra otros dos: el siete de enero de 1977, en Chillán, y el 22 de septiembre de 1980 en La Granja, Región Metropolitana.

denuncia

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Lo que gatilló la denuncia presentada por Norma Valenzuela es que hace 15 días se enteró, a través de familiares en Traiguén, que la segunda esposa de su marido lo había demandado y estaba obteniendo pensión de alimentos tras un acuerdo económico.

"Me pareció mal. Yo sigo siendo su esposa legal. Si tiene plata para sus otras esposas, ¿cómo para mí no?", añade la mujer. En efecto, en el sitio electrónico del Registro Civil, al solicitar un certificado de matrimonio, consigna que Héctor Carreño y Norma Valenzuela se casaron el 10 de marzo de 1966.

Fuentes del Registro Civil confirmaron que el matrimonio está vigente, puesto que el sistema se actualiza junto a las resoluciones de los tribunales de justicia. Si se hace el ejercicio con los datos de Carreño, se consigna su último matrimonio, celebrado el 19 de agosto de 2011 en Chillán, lo que vislumbra una irregularidad que será investigada por el organismo, según se precisó ayer.

mediación

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Norma Valenzuela añadió que se acercó primero hasta el Tribunal de Familia hace una semana, donde habrá una mediación para lograr acuerdo económico son su cónyuge.

Comenta que lo único que quiere ahora es poder recibir algún tipo de ayuda económica. Actualmente recibe una pensión por invalidez, ya que sufrió la amputación de los cinco dedos de su pie derecho y uno del izquierdo por una diabetes.

"Este hombre se río de mí durante 47 años. Ahora estoy enferma y yo soy su señora. Cuando presenté la denuncia en la Fiscalía ya me dijeron que tenía otras denuncias", dice la mujer.

Fuentes policiales confirmaron esta situación y precisaron que registra una orden de detención pendiente del año 1999, por un cuasi delito de lesiones. Además está con arraigo nacional.

En el ámbito judicial también registra condenas: en 1976 por estafa y cuasi delito de homicidio. En 1985 por matrimonio ilegal y en 1994 por cuasi delito de lesiones.

investigación

El fiscal de Traiguén, Aldo Osorio, confirmó ayer la presentación de la denuncia por un presunto caso de bigamia y el inicio de una investigación desformalizada.

"La denuncia la hizo una persona que es cónyuge del imputado, y según los antecedentes, sería la primera esposa. La denuncia se específica con un último matrimonio hecho en Chillán", detalló.

Consultado sobre qué tan frecuentes resultan este tipo de casos, sostuvo que "en los más de 10 años que llevo en el Ministerio Público, nunca había visto un caso de bigamia".

Las penas por este tipo de ilícitos, según lo estipula el Código Penal, fluctúan entre los tres años y un día y cinco años de presidio.

Ayer El Austral intentó ubicar vía telefónica a Héctor Carreño, quien registra actualmente domicilio en la ciudad de Chillán. Sin embargo, no contestó los llamados.