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Al César lo que es del César

Una casa con una adecuada aislación térmica reduce enormemente el consumo de energía para la calefacción. Este es un foco en el que las autoridades debiesen apostar con mayor fuerza.La Iglesia tiene a la política en un alto grado de valoración
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En un distrito del país, uno de los dos bloques políticos más fuertes ha decidido no llevar candidato a diputado. La razón, gracias al sistema binominal curiosamente tan rechazado por unos y otros, y antes que ningún ciudadano vote y tres meses antes, otro candidato ya está de este modo prácticamente elegido. Se asegura entonces un escaño parlamentario para quienes desean instancias partidarias y no la ciudadanía. ¿Por qué se hace esto?, ¿por qué se deja a la gente sin la posibilidad de poder optar? ¿Será porque quienes proceden así no tienen la certeza que el pueblo los elija? ¿Será que desconfían de la sabiduría ciudadana y de su madurez cívica, pensando que puede votar erradamente?

De ahí a una suerte de "democracia protegida" hay pocos pasos. ¡No es la primera vez, ya que el otro bloque fuerte también en algún momento ha llevado a cabo alguna práctica similar! Entonces, ¿qué es la democracia después de todo?, ¿qué la hace "representativa"? ¿ No consiste acaso en que el pueblo, mediante su voto, ejerce su pleno derecho a elegir entre varias alternativas, a quién desee? ¿Los elegidos, acaso, no lo hacen por mandato popular y justamente para ejercer su responsabilidad en nombre de ese pueblo y en representación de sus intereses? ¿No es eso acaso lo que concede autoridad y moral para el ejercicio del rol confiado? Y si no se tiene un claro mandato popular, ¿no se correrá así el riesgo en definitiva y una vez elegidos, que algunos legislen obedeciendo a posturas e intereses más bien partidarios o ideológicos, que a las auténticas y urgentes necesidades y prioridades demandadas por la población?

Es una situación lamentable, en primer lugar para un joven aspirante a la Cámara, a quien de este modo y ya desde el principio, se le empaña así su capacidad de liderazgo y su vocación de servicio público. Vivimos en un sistema democrático por el cual y por cuya recuperación muchísimos lucharon, no pocos ofrendaron su vida por ello, absolutamente convencidos que la democracia, con todas sus imperfecciones, es por ahora el mejor sistema para gobernar, asegurar los legítimos derechos de todos y construir el bien común. Por eso la Iglesia tiene a la política en un alto grado de valoración. Pero tengo mis serias dudas que este tipo de dinámicas colaboren a superar los serios cuestionamientos en el actual funcionamiento de nuestra política y democracia, menos aún en el fortalecimiento de la credibilidad y confianza que tanto necesitan por el bien de Chile y quienes habitamos en él.