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Programa de Recambio: Lecciones de un intento fallido

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En Chile, el desarrollo de tecnologías de combustión de leña se mantuvo estancado por muchos años. El mismo modelo, con mejores o peores materiales, con mayor o menor calidad de manufactura, fue replicado por grandes empresas nacionales, y medianas y pequeñas industrias regionales. Y esto, aun cuando desde hace muchos años se venía anunciando, por una parte, la aplicación de una normativa de emisión (chicote) y, por otra, la implementación de sustantivos programas de recambio (zanahoria).

Mejoramiento tecnológico en estufas a leña implica diseñar y fabricar un artefacto que presente bajas emisiones de MP y una alta eficiencia térmica, no solo en mediciones de laboratorio, sino que bajo condiciones de operación reales. Un buen artefacto debe funcionar correctamente a pesar del usuario. ¿Y existe tal artefacto?

Una de las lecciones que nos dejó el fallido programa de recambio es que sí existen estos artefactos. Cabe destacar que los problemas que hubo en este programa no tuvieron su raíz en la tecnología, sino en instalaciones mal hechas y en una línea de producción sin un sistema de control y aseguramiento de calidad. Vi funcionando un par de prototipos Ecoef y comprobé que en ellos se había aplicado de muy buena manera una tecnología desarrollada en Alemania hace ya bastantes años.

En muchas ocasiones me he preguntado si para el Ministerio del Medio Ambiente era posible prever los resultados que finalmente se obtuvieron. Cada vez llego a la misma conclusión: no, no era posible. Hoy sabemos que la empresa SAME incurrió en una conducta temeraria e irresponsable al momento de presentarse a la licitación, pues prometió resultados claramente inalcanzables para una organización que, después de adjudicarse los recursos estatales, se autodefiniría como un emprendimiento. Lo más honesto por parte de estos emprendedores hubiera sido buscar desde un inicio el respaldo y garantía de una empresa especializada y con experiencia en la fabricación en serie de estufas, tal como están haciendo hoy día. En definitiva, hoy sabemos que es posible implementar un programa de recambio, cumpliendo con las exigentes demandas ambientales y con altos estándares de calidad.

El sitio eriazo de Los Cóndores ahora es un parque de lujo

desarrollo. La seguridad fue un factor importante a la hora de construirlo.
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Tras la demolición de 22 edificios de la villa Los Cóndores el lugar quedó convertido en un sitio eriazo, propicio para la delincuencia y drogadicción, pero ahora está transformado en un parque de lujo.

Ayer en ese lugar había una verdadera fiesta. Los vecinos por fin recibían un parque como se merecían, con áreas verdes, juegos infantiles y lo más importante, iluminación para dar seguridad y así dejar atrás ese lugar que sólo generaba un nido de delitos.

Inauguración

Fue en la tarde de ayer que batucadas, payasos, música y colorido hicieron de esta entrega un show para los vecinos y especialmente los niños del sector de Pedro de Valdivia.

Se trata de un parque que considera una superficie de 9 mil metros cuadrados, en el cual se han considerado 3.600 metros cuadrados de áreas verdes, mil de ciclovías, 205 con áreas temáticas, 2 mil de recorridos peatonales. Así como rampas, escalinatas y todo tipo de estructuras que permitan contar con una nueva cara a este sector.

La obra consideró una inversión de 756 millones de pesos y se inició a fines del año pasado, donde los vecinos comenzaron a ser testigos de cómo se levantaba este maravilloso lugar con juegos infantiles y 6 estructuras multiuso metálicas que servirán para diversas actividades con la ciudadanía, como son reuniones, juegos familiares, talleres y más.

Pero lo más importante era, sin duda, la seguridad, por lo mismo se adaptó al lugar alumbrado público irrompible para dar más luminosidad al lugar, sin nada de material de madera y con todo antivandalismo.

También se construyeron 12 estaciones de ejercicio especialmente para la familia así como 4 stand con juegos infantiles, 44 asientos prefabricados de hormigón, 20 basureros y 4 bicicleteros metálicos.

"Lo que queríamos era lograr una gran obra y recuperar este lugar que por años fue punto de estigmatización, tras la demolición de los edificios y hemos logrado que la gente esté feliz, pero lo más importante es que ellos mismos han ayudado a cuidarlo porque saben que es para su beneficio", dijo la seremi de Vivienda, Paz Serra.

Esta obra corresponde a un gran proyecto que considera gimnasio, espacios de cultura, un área cívica y más.