Programa de Recambio: Lecciones de un intento fallido
En Chile, el desarrollo de tecnologías de combustión de leña se mantuvo estancado por muchos años. El mismo modelo, con mejores o peores materiales, con mayor o menor calidad de manufactura, fue replicado por grandes empresas nacionales, y medianas y pequeñas industrias regionales. Y esto, aun cuando desde hace muchos años se venía anunciando, por una parte, la aplicación de una normativa de emisión (chicote) y, por otra, la implementación de sustantivos programas de recambio (zanahoria).
Mejoramiento tecnológico en estufas a leña implica diseñar y fabricar un artefacto que presente bajas emisiones de MP y una alta eficiencia térmica, no solo en mediciones de laboratorio, sino que bajo condiciones de operación reales. Un buen artefacto debe funcionar correctamente a pesar del usuario. ¿Y existe tal artefacto?
Una de las lecciones que nos dejó el fallido programa de recambio es que sí existen estos artefactos. Cabe destacar que los problemas que hubo en este programa no tuvieron su raíz en la tecnología, sino en instalaciones mal hechas y en una línea de producción sin un sistema de control y aseguramiento de calidad. Vi funcionando un par de prototipos Ecoef y comprobé que en ellos se había aplicado de muy buena manera una tecnología desarrollada en Alemania hace ya bastantes años.
En muchas ocasiones me he preguntado si para el Ministerio del Medio Ambiente era posible prever los resultados que finalmente se obtuvieron. Cada vez llego a la misma conclusión: no, no era posible. Hoy sabemos que la empresa SAME incurrió en una conducta temeraria e irresponsable al momento de presentarse a la licitación, pues prometió resultados claramente inalcanzables para una organización que, después de adjudicarse los recursos estatales, se autodefiniría como un emprendimiento. Lo más honesto por parte de estos emprendedores hubiera sido buscar desde un inicio el respaldo y garantía de una empresa especializada y con experiencia en la fabricación en serie de estufas, tal como están haciendo hoy día. En definitiva, hoy sabemos que es posible implementar un programa de recambio, cumpliendo con las exigentes demandas ambientales y con altos estándares de calidad.