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Los Niños y ancianos son a quienes más afectan los cambios de horario

dificultades. La medida, que empieza a regir el sábado en el territorio continental e insular, provoca algunos trastornos.
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A la medianoche del sábado todos los chilenos tendrán que adelantar el reloj en una hora, comenzado así con el denominado horario de verano.

Con partidarios y detractores, lo cierto es que estos 60 minutos definitivamente no pasan desapercibidos. Algunos adelantan felices las manillas, pero otros aseguran que la medida no aporta nada sino que por el contrario, afecta el ritmo de vida, especialmente en niños y adultos mayores.

Edmundo Campusano, sicólogo de la Universidad Mayor, alerta respecto de que quienes se ven más afectados con situaciones como el cambio de horario son los niños y los adultos mayores.

Explicó que en la medida que se alteran las rutinas, la estabilidad y la percepción del tiempo, el organismo tiende a estresarse, entendiendo el estrés como un estado de activación emocional.

En este contexto, sostuvo que probablemente en los rangos etarios antes mencionados es a quienes más afecta cambio de hora y los cambios en general, por lo que es recomendable mantenerles la estructura.

"A ellos la incertidumbre los altera", aseguró el especialista, quien señaló que el cambio de hora altera la rutina.

ESTILO DE VIDA

Por su parte Jorge Santibáñez, sicólogo de la Universidad Autónoma de Chile, explicó que desde el punto de vista de la sicología, el grado de impacto que pueda denotar el cambio de hora estará estrechamente vinculado a la experiencia previa de individuo, hábitos y estilo de vida en general, así como percepciones que posea el sujeto sobre esta variación horaria.

"Para evaluar impacto de lo que viviremos el próximo 7 de septiembre, es relevante considerar los significados, historial de capacidad de adaptación frente a los cambios en general de cada persona, así como condiciones de salud física-sicológica y etapa vital en que la que se encuentra", puntualizó.

Dijo que en general sí se puede sostener que en algunas personas la modificación en sus ritmos y estados de sueño-vigilia, hacen que sea difícil adaptarse al nuevo horario, por lo que se producen en los días cercanos a este cambio (alrededor de 5 días) algunas alteraciones como irritabilidad, insomnio, somnolencia o cierta baja en rendimiento en general.

"Existen algunos estudios que relacionan el impacto del cambio estacional y de hora con índices de suicidio, pero en general no se evidencia cambios significativos en las personas desde el punto de vista sicológico, por lo que este y otros estudios deben ser revisados de manera más específica por profesionales de salud de modo que puedan contextualizarlos a la historia clínica de cada sujeto y su estado actual", explicó.

En este contexto, y considerando que el efecto varía de una persona a otra, el profesional declaró que en general es recomendable mantener los ciclos de sueño en relación a cantidad de horas y espacio destinadas a este, "ya que no contar con las horas de descanso a las que el organismo está acostumbrado, promueve que este presente alteraciones tanto a nivel físico como sicológico".

Se aconseja además aprovechar los espacios de luminosidad para realizar actividades de entrenamiento físico al aire libre, junto con actividades de esparcimiento social.

La marca del

reloj biológico

Según el neurobiólogo argentino Diego Golombe, que ofreció una charla en la Universidad Mayor recientemente, si bien se puede forzar nuestro comportamiento e ir en contra de lo que marca el reloj biológico, si esto se transforma en algo crónico - en la gran mayoría de los casos - el sistema se resiente y nos lo hace saber: se acumula una deuda de sueño, aumentan los accidentes de trabajo, cambia el estado de ánimo y hay una mayor propensión a las enfermedades.

Alfabetización en los adultos se estanca en los últimos 15 años

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El nivel promedio de alfabetización de los adultos chilenos no ha variado significativamente entre 1998 y 2013, pese a los avances en materia económica y social, reveló un estudio realizado por el Centro de Microdatos de la U. de Chile.

En la primera medición, el promedio obtenido por Chile lo ubicó en un nivel 1 de alfabetización y en el último lugar entre los otros países que habían hecho el estudio: Suecia, Finlandia, Noruega, Holanda, Canadá, Alemania, Nueva Zelanda, Dinamarca, Australia, EE.UU., Bélgica, República Checa, Reino Unido, Irlanda, Suiza, Hungría, Eslovenia, Polonia y Portugal.

Este año los puntajes no variaron significativamente, por lo que la población entre 15 y 65 años no ha avanzado en su promedio de alfabetización, lo que no sólo implica saber leer y escribir, sino que también la habilidad de entender y usar la información impresa en el día a día.

Se establece que más del 80% de la población chilena se ubica en los dos niveles inferiores de competencias básicas en todos los dominios.