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El verdadero folclor chileno todavía se respira en la comuna de Los Sauces

tradiciones. Mientras los niños aún juegan con trompos, los vecinos disfrutan del mote casero y camarones de vega.
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Los tiempos modernos han provocado profundos cambios en las ciudades y en los pueblos. La partida del tren por la irrupción de las carreteras, la desaparición de las antiguas casonas por la instalación de los edificios, el adiós a los juegos al aire libre por la llegada de las computadoras, han ido perfilando un tipo de urbe abrumada por la velocidad y la competencia.

Por ello, encontrar lugares en La Araucanía donde aún se respire la tranquilidad, es un hecho digno de destacar. Es lo que ocurre en la comuna de Los Sauces. Veredas limpias, paredes blancas sin un rastro de rayados, vecinos dialogando en las esquinas, y niños jugando con volantines o comprando trompos en los negocios, forman parte de este paisaje de otros tiempos.

"El rescate de nuestras tradiciones es muy potente en Los Sauces", señala Doralisa Toledo, encargada de la Biblioteca Pública Municipal. "A través del programa Bibliorredes hacemos rescates locales, desde la señora que cura el empacho hasta la vecina que hace mote, sea huinca o mapuche".

Mientras los niños juegan con volantines de papel y en la vecina localidad de Trintre se efectúan las populares carreras a la chilena, otra de las tradiciones locales permanece viva en Los Sauces: la elaboración del mote y harina tostada.

Orfelina Sánchez, nacida en Cañete, lleva 20 años en la comuna. En su infancia vio a sus mayores hacer el mote para consumo familiar, y tras recibir las herramientas en un taller de jefas de hogar, se dedicó a elaborar mote.

Tras 2 horas en ollas de fondo de porcelana o acero, el mote nace del trigo tras la cocción. En cuanto a la harina tostada, el proceso parte por sacar la paja del trigo y luego pasa por tostado y molienda.

"El mote está a mil pesos, y con él se puede hacer el tradicional mote con huesillos, un rico kuchen e incluso ensaladas", señala Orfelina Sánchez. "La harina tostada la vendo a 700 pesos el kilo y con ella se puede hacer ulpo (con agua caliente), mezclarla con vino tinto, con chicha, con murra o mora. También la preparan con leche para los niños".

La preservación de estas ricas tradiciones es importante para el municipio que dirige el alcalde Gastón Mella. Y así queda claro en la Biblioteca Pública, donde los libros se entremezclan con exposiciones de pintura, con colecciones de piezas mapuches, tejidos, a la vez que se desarrollan talleres formativos.

"Siempre se ve harto movimiento en esta biblioteca", señala la encargada, Doralisa Toledo. "Para fomentar la lectura ofrecemos talleres de tejidos, organizamos mateadas, y también llegamos a las comunidades y escuelas rurales con un bibliobús. Y para el comercio ambulante acudimos con maletas viajeras, llevándoles los libros".

Otro ejemplo de la importancia que las comunidades rurales e indígenas tienen para el municipio, está dado por la labor de la actriz Miriam Villagra y sus talleres de teatro.

"Actualmente trabajo en una escuela en Los Sauces que tiene un internado donde la mayoría son niños que vienen del campo, y en un taller con personas discapacitadas, ayudándoles a que se desenvuelvan, se valoren y no se queden en sus casas".

"En Los Sauces se desarrolló un proyecto Bicentenario el 2010, acerca de la interculturalidad, donde se abordó la historia pasada y presente de la comuna" señala Doralisa Toledo. "Fue una buena manera de establecer la rica tradición local que caracteriza a la comuna".