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Residuos y energía

Es trascendente salvar los ejemplos de arquitectura antigua que aún queda en pie. Otras ciudades son un magnífico ejemplo de como pueden coexistir la historia y lo moderno. La potencia térmica podría cubrir la demanda de calefacción de 21 mil casas en la intercomuna.
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La correcta gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) incide directamente en la calidad de vida de las personas. Efectivamente, los objetivos primarios de una correcta gestión de RSU son proteger a la población de posibles enfermedades y paralelamente al medio ambiente de impactos negativos.

El nuestra Región, el crecimiento de la población y la urbanización han promovido un incremento en la tasa de generación de RSU, lo que plantea la necesidad de revisar la política de gestión de los RSU.

Se debe pensar hoy en día en una gestión integrada de RSU, considerando la instalación de nuevas estaciones de transferencia y rellenos sanitarios y, por otra parte, plantas de tratamiento que incluyan recuperación de energía y de materiales, intentando paralelamente reducir el volumen de estos residuos sólidos urbanos.

Además, desde el punto de vista legislativo, hoy en día en la mayoría de los países europeos no se acepta la disposición directa de residuos orgánicos en rellenos sanitarios. Estos elementos deben ser previamente tratados o en su defecto incinerados.

La generación de RSU en Temuco y Padre Las Casas asciende hoy aproximadamente a 200 ton/día.

Si pensamos en la hipotética instalación futura de una planta de incineración de RSU, considerando un poder calorífico de 8.000 kJ/kg, se tendrían disponibles unos 16,0 MW (térmicos), lo que significaría alrededor de 4,4 MW (eléctricos).

La potencia térmica podría cubrir la demanda de calefacción de aproximadamente 21.000 viviendas, mientras que la potencia eléctrica podría cubrir el consumo de aproximadamente 25.000 viviendas.

Sin duda que una alternativa de esta naturaleza puede resultar atractiva no sólo desde el punto de vista del manejo de los RSU, sino que además permitiría comenzar a pensar en sistemas de calefacción distrital en La Araucanía, con todos los efectos positivos que ello produciría en la calidad de aire y en el impacto en la calidad de vida de sus miles de habitantes.