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Primavera y verano son las estaciones para extremar los cuidados de nuestra piel

atención. Las alergias primaverales y los rayos ultravioletas del sol propios de la época estival ponen en peligro a la capa externa que nos protege y que, con cierta frecuencia, descuidamos.
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Las estaciones del año más esperadas por todos quienes aman el sol, la luz y la naturaleza; lamentablemente ponen en jaque al órgano más extenso de nuestro cuerpo: la piel.

Esta capa externa que nos protege es también la más expuesta a las alergias primaverales. "Cuando llega la primavera estamos más expuestos al sol, al aire libre y a la humedad, nuestra piel está más sensible y sufre más por una serie de alérgenos o sustancias si es que no la hemos preparado adecuadamente para el cambio de clima", relata el doctor Ariel Hasson, dermatólogo Red Salud UC.

Las alergias en la piel se manifiestan dependiendo de su origen. Una de las más comunes es la dermatitis aerotransportada provocada por los pólenes del ambiente que en contacto con nuestra piel estimulan picazón, enrojecimiento e inflamación, en especial en las zonas más expuestas. A la vez, algunos perfumes o cremas cosméticas contienen extractos de plantas que con la exposición al sol producen dermatitis que posteriormente puede desencadenar en una "Hiperpigmentación Post-Dermítica" o sea manchar la piel.

En tanto, el mayor contacto con plantas y áreas verdes puede ser el detonante para la fitofotodermatosis alérgica que provoca picazón, enrojecimiento y manchas de forma lineal. En tal sentido, hace un tiempo, el médico dermatólogo y académico Ufro, Patricio Rifo, alertó acerca de la fitodermatitis por ruda, propia de la zona de La Araucanía y de la actual época del año.

De acuerdo a lo investigado por el especialista temuquense, la planta produce un gran número de sustancias químicas que efectivamente tienen una utilización farmacológica.

Entre las sustancias que la ruda produce se encuentran los psoralenos, que son sustancias químicas que tienen un efecto fotosensibilizante en la piel, es decir, hacen que la piel se ponga extremadamente sensible a los efectos de la luz ultravioleta. De esta manera, la conjunción del químico de la ruda con la luz ultravioleta, produce un efecto nefasto sobre la piel que puede llegar a transformarse en ampollas severas similares a las quemaduras de sol.

MES DE LA PIEL

Debido a que la excesiva exposición al sol y las visitas al solárium han provocado un aumento del cáncer de piel entre los adultos jóvenes, la Clínica Alemana de Temuco organizó para noviembre la campaña preventiva Mes de la Piel que busca incentivar el chequeo precoz y la detección temprana de esta patología. La iniciativa está dirigida a hombres y mujeres de todas las edades e incluye la consulta con un especialista a un precio preferencial.

Según explica la doctora Claudia Nicklas, dermatóloga de la Clínica, los tipos de tumores cutáneos malignos son tres: el carcinoma basocelular, que puede presentarse como una herida que no cicatriza o como una lesión que crece; el de células escamosas o carcinoma espinocelular, y el melanoma maligno, que es el más agresivo y puede desarrollarse en un lunar preexistente o en piel previamente sana.

"Hay que considerar que el 50% del total de radiación UV se absorbe en los primeros 20 años de vida, por lo que la responsabilidad de los padres en la prevención del cáncer de piel es altísima. Y eso no es todo, ya que el daño se acumula, por ejemplo, con dos insolaciones con ampollas, la persona aumenta 3 a 4 veces el riesgo de tener un cáncer de piel a largo plazo, aunque lleve 10 años sin tomar sol", sostiene la especialista quien recomienda el uso de un bloqueador factor 30 como mínimo, por lo menos, 20 minutos antes de la exposición solar para que penetre y se absorba, teniendo especial cuidado de ponerlo en toda la piel, sin dejar partes descubiertas.

consejos para combatir las alergias a la piel