Comunidad lafkenche del lago Budi es anfitriona de encuentro turístico
turismo comunitario. Desde guaraníes a yaganes del fin del mundo son parte de este encuentro, que durante tres días reunirá a emprendedores turísticos latinoamericanos.
Durante tres días, emprendedores turísticos de diversos pueblos y orígenes de todo Chile y parte de Latinoamérica se reunirán en la comunidad indígena de Llaguepulli para ser parte del Tercer Encuentro Nacional de Turismo Comunitario.
Dentro de los ejes que se abordarán durante este fin de semana destaca la sustentabilidad e impactos del turismo sobre las comunidades; estrategias de comercialización y competitividad; y las normativas asociadas a la actividad, además de compartir experiencias de turismo guaraní del norte de Argentina y de Japón.
La comunidad indígena Llaguepulli, anfitriona del evento, se ubica en el corazón del lago Budi, única laguna salada de América. Cercana a la localidad de Puerto Domínguez, los habitantes del sector llevan más de diez años dedicados al turismo, rubro que les ha servido no sólo para mejorar sus estándares económicos, sino también para divulgar sus costumbres y tradiciones.
Bajo este prístino escenario, rodeado por el lago y adornado con tradicionales rucas, la actividad, organizada conjuntamente por Travolution, Ruka Kimun y la comunidad de Llaguepulli, concurrirán también representantes de organismos públicos, académicos y tour operadores especializados.
LLAGUEPULLI
""Llague" significa tierra de hierba medicinal, y "Pulli" es espíritu, y al mismo tiempo espacio territorial", cuenta Mauricio Painefil, presidente del Comité de Turismo Mapuche Lago Budi, el cual lleva 13 años de funcionamiento.
Dormir en ruca, tomar mate cada mañana, conocer la cosmovisión del pueblo mapuche, disfrutar de cabalgatas, pasear en kayak, aprender a tocar instrumentos musicales y a bailar las danzas ancestrales, son sólo una muestra de las atracciones de este mágico lugar, que ha sabido aprovechar las bellezas naturales de la mano del trabajo mancomunado de sus habitantes, que ante la escasez de recursos económicos y el aislamiento del lugar, vieron en el turismo una alternativa para crecer.
"Cuando nace una idea, es porque detrás de ello hay necesidad. No teníamos otra alternativa de generar ingresos, siempre hemos sido agricultores de subsistencia, pero cuando vimos que nuestra actividad económica era muy vulnerable, decidimos emprender en esta área", cuenta Painefil.
Mezclando las tradiciones con el buen servicio turístico, esta comunidad, compuesta por 18 familias, cuenta con Internet y cobertura de celulares. Además, las rucas - cabañas son alimentadas con energía solar a través de paneles, profundizando así el concepto de desarrollo sustentable.
"Son espacios donde el turista comparte con nosotros y nuestras actividades cotidianas", señala con orgullo el ahora anfitrión del Encuentro de Turismo Comunitario, quien agrega que esta iniciativa ha permitido generar empleo y evitar la migración de la población joven del sector.
"Los jóvenes ya no tienen la necesidad de emigrar a Santiago para trabajar, y se pueden quedar acá. Eso nos tiene muy felices", destaca Painefil.
EXPERIENCIA GUARANÍ
Uno de los invitados al encuentro es Francisco Franco, vice cacique de la comunidad guaraní de Yrypu, situada en el lado argentino de Iguazú, sector donde colindan las fronteras de Argentina, Brasil y Bolivia.
El vice cacique, que lleva poco más de un año trabajando de lleno en el sector turístico, indica que "este encuentro es muy importante, ya que queremos llevar estas experiencias a mi comunidad".
De momento, hay 16 familias trabajando directamente en el proyecto turístico, pero más de 80 familias se benefician indirectamente a través de éste, puesto que su sistema de gestión consiste en dividir los ingresos por comunidad, donde ésta puede utilizar sus ingresos en lo que estimen necesario: salud, educación, infraestructura, entre otros.
EXTREMO NORTE Y SUR
Tan extremos como su ubicación geográfica, atacameños y yaganes son parte del evento. Los primeros, ya llevan una década trabajando bajo el concepto de turismo comunitario, mientras que los segundos recién están estableciendo los parámetros para sus futuros proyectos.
A 45 kilómetros al noreste de Calama se encuentra el Valle de Lasana, localidad que fue parte del Imperio Inca, que durante años permaneció oculta tras la sombra del turístico San Pedro de Atacama.
Sin embargo, gracias a la organización comunitaria y a las cada vez más constantes visitas al Pucará (fuerte andino), el Valle de Lasana poco a poco ha ido consolidándose como un nuevo foco turístico.
"No queremos que nos pase lo mismo que en San Pedro, donde llegó mucho emprendedor afuerino, que no conocen las raíces y el origen de las comunidades".
En tanto, María Luisa Muñoz, descendiente de yaganes, vino desde Puerto Williams, exactamente de Cabo de Hornos, para conocer más sobre el tema y aplicarlo en su comunidad. "Este viaje es de aprendizaje, saber cómo iniciar el trabajo, y cuáles han sido los problemas que han tenido", concluyó.