Secciones

Baja participación de votantes fue la tónica de la segunda vuelta en la costa

razones. Falta de locomoción en zonas rurales, exceso de confianza en el triunfo y hasta un rotundo fracaso del voto voluntario, fueron algunos de los planteamientos preliminares para explicar la alta abstención en la jornada eleccionaria.
E-mail Compartir

El acceso a la entretención que brindan hoy teléfonos y computadores personales fue el mejor aliado de una gran cantidad de vocales de mesa que pasaron por largos momentos sin público que atender, en la inédita segunda vuelta con voto voluntario que se vivió ayer.

"Un rotundo fracaso. El voto voluntario, debe volver a ser obligatorio", se apresuraron a exigir algunos de los vocales de mesa quienes veían que al transcurrir las horas no aumentaba la afluencia de electores hacia los locales. En la Escuela San Sebastián de Puerto Saavedra, menos del 25% de los votantes había acudido a emitir su sufragio pasadas las 13 horas, situación nunca antes vista en otros comicios.

"El panorama es desolador. Lamentablemente si al chileno no se le obliga, no llega a votar y no creo que tenga tanto que ver la locomoción, más bien la gente del campo simplemente no quiso subirse a la micro y venir a votar. Esperamos que la gente se vaya motivando y cumpla con su deber cívico", expresó Yeisy Beroiz, delegada de la Escuela San Sebastián donde funcionaron 12 mesas.

Una situación similar se vivió en el Liceo Reino de Suecia de Saavedra donde desde las primeras horas del día se notó lentitud en el proceso. Sin embargo, para el delegado de este local, Aldo Beroiz, la explicación está en las dificultades con la locomoción considerando que el 80% de los votantes de Saavedra proviene de sectores rurales como Puaucho, Piedra Alta, Rucaleuco, Huapi, entre otros. "En relación a la primera vuelta asistieron más vocales, pero muy lenta la afluencia de público. Puede que sea excesiva confianza de los partidarios de una opción, pero también ha habido quejas con los buses que se designaron porque los choferes no conocían los lugares y hay sectores donde simplemente no llegó la micro", indicó Beroiz, quien dijo que también hubo reclamos por los cobros. "Hubo micros que cobraron y la respuesta fue que los buses con recorrido normal estaban autorizados para cobrar porque eran particulares. De todas maneras se deben dar las facilidades para que la gente de los sectores rurales venga a votar", dijo.

un ejemplo

Al otro lado de la moneda, hay ejemplos de esforzados votantes que estaban dispuestos a caminar horas si era necesario para cumplir con el deber cívico. Es el caso de Celinda Morales, habitante del sector rural Picuta, comuna de Cholchol quien caminó más de una hora buscando una micro y haciendo dedo. A pocos kilómetros de la zona urbana, un vehículo la trasladó hasta el Liceo James Mundell, su local de votación. "Siempre camino mucho y ahora quiero ver cómo va a andar mi candidata que yo quiero que salga. Mi obligación es votar y yo siempre he votado porque soy chilena y esto es un deber. No estoy en ninguna organización y no he sido beneficiada con nada, pero encuentro muy malo que la gente joven no esté ni ahí con votar", precisó con claridad.

Los votantes de la Escuela Darío Salas de Carahue tampoco fueron la excepción en este sentido, ya que llegaron muchos adultos mayores a lo largo de la jornada. "Mucho menos gente que en la elección pasada, pero las personas mayores y en especial del campo no han dejado de venir. Ellos vienen temprano para estar de regreso pronto en sus casas", precisó Luisa Ormeño delegada de este local.

En la comuna de Nueva Imperial, los electores que llegaron también fueron en su mayoría las personas de mayor edad. "Una señora tuvo una descompensación así que la llevaron al hospital para que la atendieran. Se aprecia interés, pero no tanto como en la primera vuelta", señaló Lucía Arias, delegada de la Escuela Alejandro Gorostiaga de Imperial donde funcionaron 25 mesas.