Murió uno de los pilares del básquetbol de Temuco y Chile
Juan Pedro Peña
Junto a Rufino Bernedo, Luis Salvadores Salvi (26 de agosto de 1932) se puede considerar una de las bases fundamentales del desarrollo del básquetbol en Temuco y La Araucanía, a partir de la década de los '50 y no hasta hace mucho, cuando hace sólo seis años dejó de lanzar la "naranja" al cesto para cambiar el parqué por la piscina del Gimnástico Alemán. Eso, hasta ayer en la mañana, cuando este otrora seleccionado nacional cestero, elegido el mejor basquetbolista del país y mejor deportista de Chile dejó de existir a los 81 años, dejando a ocho hijos, seis de ellos varones y dos damas.
"Hace tres meses estaba en tratamiento por una mielodisplacia, que es un problema a la médula, y no resistió", comentó Luis Salvadores Peña, uno de los retoños del destacado deportista que en una ceremonia familiar recibirá hoy el último adiós en el Cinerario temuquense.
De hecho, sus primeros pasos como cestero los dio en el Instituto San José de la capital regional, el año 1944.
Fue teniendo 16 años que se integró al equipo juvenil del Deportivo San José, en donde se aseguró el vicecampeonato del torneo local.
En la temporada 1949 lo incluyeron en la selección de básquetbol de Temuco, donde despuntó en dos eventos relevantes para la zona: el Provincias del Sur, que tenía como sede la ciudad de Osorno; y el Campeonato Nacional, que se desarrolló en Santiago.
El gran paso que dio como seleccionado chileno de básquetbol Luis Salvadores Salvi fue ser parte de la delegación nacional que asistió a competir a los Juegos Olímpicos de Melbourne '56, al Mundial de la especialidad en Chile '59 y un par de torneos sudamericanos.
"Se siente mucho orgullo de su carrera como deportista. Él hasta hace poco estuvo muy activo en actividades familiares y el deporte porque después que dejó de jugar básquetbol, que fue hace como seis años, el papá se dedicaba a la natación porque era socio del Club Gimnástico Alemán", recordó Salvadores Peña el espíritu incombustiblemente deportivo de su progenitor, quien hace 28 años era viudo.
"Por supuesto que sabía de él y su exitoso historial deportivo, pero te diría que lo vi jugar en un campeonato nacional senior para mayores de 70 años y a esa edad seguía jugando espectacular", comentó sobre el nivel que tenía Luis Salvadores Salvi, el presidente de la Asociación de Básquetbol Temuco-Ñielol, Denis Smythe.
El directivo local reconoce que "cuando en Temuco se habla de básquetbol aparecen los nombres de Rufino Bernedo y de Luis Salvadores, a quien tuve la suerte de ver jugar por los Saetas Verdes".
Juan Palacios, presidente del Club Femenino de Básquetbol Araucanía de Temuco, también valoró la figura de Salvadores Salvi, "porque los recuerdos que yo tengo son los que debiera tener todo Chile, como un buen seleccionado nacional, antes de Temuco y jugador de los Saetas Verdes. Él fue destacado a nivel mundial y como persona era muy educado, vinculado siempre a la actividad deportiva y una muy buena persona".
Otros de los clubes a los que defendió Luis Salvadores fueron Universidad de Chile (1950-1954), Huachipato (1955-1958) y Unión Deportiva Española (1959-1961).
Entre los principales reconocimientos que recibió en el plano individual se incluye el haber sido elegido como el mejor basquetbolista de Chile en la temporada 1966; mientras que tres años después (1969) el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile lo premió con el cóndor de plata, como el "Mejor de los Mejores".
Acostumbrado a numerosas familias, Salvadores Salvi tuvo diez hermanos, de los cuales no sólo él destacó.
Álvaro y Pedro Salvadores Salvi llegarían también desde Lanco a la selección chilena de básquetbol, junto a Luis.
Pero la veta deportiva no sólo se quedó en los cestos, ya que se amplió al fútbol. Esto, porque Juan Salvadores Salvi llegó a ser delantero de Colo Colo, por lo que se recuerda un clásico con Universidad de Chile, en 1955, con victoria alba de 2-0 y un gol del hombre de Lanco y el otro tanto de Jorge Robledo para el Cacique.
De hecho, el mismísimo Luis Salvadores alcanzó a ser un respetable defensor central, llegando a ser parte, en 1952, del plantel de Universidad de Chile, donde alcanzó a jugar tres partidos oficiales.