Excavaciones en Malalcahuello: no se hallaron restos humanos
Karin Antilef
A las 8 de la mañana de ayer en dependencias de la Quinta Comisaría de Carabineros de Curacautín, con las esperanzas y fe intactas, la familia de Jorge Luis López Cheuquepán, se reunió con efectivos policiales para coordinar el inicio de las excavaciones en el kilómetro 81.5 del camino internacional Victoria - Lonquimay, siguiendo las pistas anónimas entregadas a través de un croquis que el 13 de enero pasado llegó a manos de la hermana del joven.
A pesar de que la ilusión estaba intacta, a las 15.30 horas se dieron por finalizadas las excavaciones sin resultados positivos. Así lo explica el mayor Maximiliano Núñez, jefe policial de la Quinta Comisaría de Carabineros de Curacautín.
"Las diligencias de búsqueda terminaron. Se removieron unos 18 metros en un primer perímetro y 20 metros en un segundo punto, ambas alcanzando los cuatro metros de profundidad. Lamentablemente no hubo los resultados esperados, pero se seguirá en esta línea investigativa", argumentó el comisario.
Núñez agregó que "30 efectivos de Carabineros de Curacautín trabajaron en el lugar, junto con personal del Laboratorio de Criminalística (Labocar) Temuco que apoyaron en la dirección de la investigación. Se trabajó durante toda la jornada sin que se presentara algún avance en la búsqueda", explicó.
Sumado al personal policial, dos máquinas retroexcavadoras efectuaron las labores de remoción de tierras en el sector de la ciclovía, a cuatro kilómetros del lugar donde el 6 de noviembre de 2011 el joven bombero de Curacautín fue visto por última vez por el grupo de amigos que lo acompañó en un campamento.
Como el trabajo se pudo efectuar con dos maquinarias -una cedida por el municipio local y la segunda por un particular- la remoción se efectuó de manera más efectiva y rápida, aunque la lluvia imperante truncó un mejor desempeño. El resultado de las diligencias será comunicado a la brevedad al Ministerio Público.
Para María Adelina Cheuquepán, la jornada se tiñó de una profunda fe de que pronto tendría noticias sobre el paradero del cuerpo de su hijo. A pesar de que no hubo resultados positivos, esta esperanza se mantiene intacta porque "una madre jamás descansa", sostuvo.
"Es doloroso este proceso, no es fácil, pero es esperanzador. Sé que el Señor hizo su voluntad. Queremos encontrarlo pronto porque mi hijo merece descanso, porque como familia también lo deseamos y tendríamos un lugar donde recordar a Jorge", sostuvo la madre entre lágrimas, las que ha derramado a diario desde que su hijo salió de casa en noviembre de 2011, para no volver.
"Ya no hay fuerza para seguir, hemos golpeado muchas puertas y ya no sabemos a quién recurrir, pero igual seguiré esperando para tener noticias sobre su paradero hasta encontrarlo", agregó Cheuquepán.
Un punto que aumenta el dolor de la familia es que prácticamente ninguno de los amigos de su hijo que salieron a acampar el fin de semana de su desaparición, se ha acercado a brindarle su apoyo. Solamente Rumaldo Soto estuvo un par de meses en contacto, dejando hace dos años esta cercanía.