El 80 por ciento del agua superficial en La Araucanía se pierde en el mar sin provecho alguno. Se necesita un esfuerzo potente para regar los campos.
El nuevo intendente tendrá una ciudadanía más activa.
La designación de las autoridades regionales, puntualmente del intendente, es una cuestión tan relevante para el desarrollo regional que vale la pena reflexionar un poco en ello. La primera consideración relevante es que, al igual que la elección de Bachelet, no es un rostro nuevo.
La trayectoria política de Francisco Huenchumilla es larga. Una primera cosa difícil entonces: cuando eres "primerizo" la ciudadanía puede darte un tiempo, teniendo la ilusión de que la cosa se arregle en el camino. Las nuevas autoridades nacionales y regionales, probablemente no gozaran de esta posibilidad. Mucho menos en una Región que tiene tanto por hacer como la nuestra. En tal sentido, el futuro intendente tiene toda la razón cuando señala que no llega al cargo para hacer más de lo mismo.
Ahora bien, seamos sinceros: con justa razón la ciudadanía que eligió a la Nueva Mayoría se pregunta si no hay nombres nuevos que asuman los distintos puestos de relevancia. Pero bueno, supongamos que es el mejor nombre posible para un cargo tan complicado como el de intendente.
Tampoco se trata de que todos los cargos deban ser asumidos por gente "nueva". Se trata más bien de que asuman quienes tienen las mejores condiciones para hacer una buena gestión de gobierno. Por otro lado, no soy de los que creen que la designación de miembros de los distintos partidos políticos de una coalición sea algo así como la quinta esencia del desprestigio de la clase política. Es mucho más complejo este problema. Sería bueno para el futuro -eso sí- que algunas autoridades, hoy designadas, sean elegidas por votación popular.
Huenchumilla no tendrá una labor fácil. El conflicto Estado nación-pueblo mapuche es sólo uno de los flancos abiertos en una sociedad fragmentada por la violencia. Asimismo, las demandas de una ciudadanía más consciente de las debilidades de un modelo económico que tanto en Chile como en buena parte del mundo genera desigualdad, serán el trasfondo de los próximos cuatro años. Algunos temas pendientes: un sistema público de salud precario; unas Isapres que tienen que ser obligadas judicialmente a respetar los planes y un sistema previsional en el que nos invitan a convertirnos en una suerte de "agentes de la banca" para estar atentos a las fluctuaciones del mercado y así cambiarnos de fondo, entre otros.
académico de la Universidad de La Frontera