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SML establece que matrimonio estaba vivo al ser alcanzado por las llamas

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Hugo Oviedo

Werner Luchsinger (75) y Vivian Mackay (69) iban a cumplir antes de su muerte 49 años de matrimonio. El médico veterinario de ascendencia suiza se casó en 1964 y falleció junto a su esposa la madrugada del 4 de enero de 2013, a un metro de distancia.

Así lo establece un certificado de matrimonio que fue presentado como prueba, en la tercera jornada de juicio oral que se llevó a cabo el día de ayer, en el cuarto piso del Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco.

Hasta el edificio que se levanta a un costado del cerro Ñielol -que durante la mañana mantenía un perímetro de seguridad a cargo de Carabineros-, llegaron nueve testigos y peritos a entregar su testimonio en el estrado.

Dos de ellos, funcionarias del Servicio Médico Legal (SML) de Temuco que realizaron el informe tanatológico a los cuerpos, nueve horas después que el matrimonio de agricultores falleció en medio de las llamas.

Se trata de las médico tanatólogas Lorena Ibacache y Nuvia Riquelme, quienes efectuaron las autopsias a los cuerpos de Werner Luchsinger y Vivian Mackay, respectivamente. Ambas concluyeron que las personas estaban vivas al momento del incendio.

La primera en declarar fue Lorena Ibacache y lo hizo utilizando un set de 51 fotografías, que registra el procedimiento de rigor. En ese momento, los hijos y familiares directos del matrimonio decidieron dejar la sala.

La crudeza de las imágenes de los cuerpos carbonizados generó un silencio sepulcral y la voz de la perito se escuchó clara por los parlantes de la sala: "La persona murió carbonizada, no asfixiada por el monóxido de carbono".

Ibacache se refería a Werner Luchsinger, cuyas muestras de sangre indican una saturación de un 59% de monóxido de carbono. Esto significa que los órganos vitales se mantenían vivos y que no falleció por asfixia.

Lo anterior se vio reflejado en el color rojo carmín que presentaban la mayoría de ellos en su interior y que también indica la presencia de monóxido de carbono.

"Los restos de hollín en la tráquea, que no había porque estaba calcinada, en el esófago y en ambos bronquios principales, traducen que la persona aspiró humo y estaba viva al momento del incendio", declaró la facultativa.

Lorena Ibacache añadió que "la conclusión a la que llegamos en el análisis del caso es que murieron carbonizados en incendio", subrayó.

En tanto, la tanatóloga, Nuvia Riquelme -que revisó el cuerpo de Vivian Mackay- explicó que el nivel de carboxihemoglobina debe superar el 70% para perder la vida. El de la mujer presentaba sólo un 51%.

La perito detalló en el estrado que la carboxihemoglobina es incapaz de transportar oxigeno de forma adecuada en la sangre, lo que impide funciones cerebrales esenciales, por lo que se presume cierta pérdida de conciencia.

"Por los antecedentes que nos fueron entregados por la Fiscalía, la muerte al tratarse de un incendio intencional, se consideró del tipo homicida y por los antecedentes que nos dieron la data de muerte se calculó aproximadamente en nueve horas", indicó Riquelme.

Para ratificar la identidad de los cuerpos, las tanatólogas desplegaron un análisis detallado de la dentadura del matrimonio, que fue comparado con radiografías que proporcionó un centro odontológico de Temuco, donde se atendían los agricultores.

En el caso de Werner, la identificación se logró a través de una prótesis dental que poseía el médico veterinario y en el caso de Vivian, comparando una radiografía de un molar que pudo ser identificado durante la autopsia.

"Esta fue una de las cosas que nos llevó a confirmar la identidad de doña Vivian. El molar está en el lado izquierdo del maxilar inferior", describió la facultativa médica a los jueces Luis Sarmiento (presidente), Juan Santana (redactor) y Oscar Viñuela (integrante), que componen el tribunal de Temuco.

Las peritos que presentó la Fiscalía la jornada de ayer establecieron, además, que en los restos de ambas personas no se encontraron heridas de proyectiles ni de armas cortopunzantes.

Lo anterior, en un segundo informe que fue solicitado por el Ministerio Público, para descartar cualquier otra intervención a los cuerpos carbonizados del matrimonio de Vilcún.

Sin embargo, las tanatólogas fueron claras en señalar que no se puede establecer con un 100% de certeza, ya que ambos cuerpos se encontraban sin sus extremidades superiores e inferiores, por la acción del fuego.

Cuestión que fue ratificada ayer por el fiscal exclusivo del caso, Cristian Paredes. "En los restos que lograron analizar y que lograron ser retirados del sitio del suceso no se encontró dicho hallazgo. Ambas peritos dicen que no se puede descartar la presencia de heridas, toda vez que los cuerpos no se encontraban completos producto de la acción del fuego", dijo Paredes.

Hay que recordar que en la llamada que efectuó la madrugada del crimen al 133 de Carabineros, Vivian Mackay informó que su marido estaba herido. El audio fue revelado por tercera vez en el juicio y fue reconocido ayer por el carabinero que atendió el llamado en la Central de Comunicaciones (Cenco) del organismo policial ().

A juicio del abogado defensor del machi, Pablo Ortega, los antecedentes descritos por ambas peritos establecen que existe el delito de incendio con resultado de muerte, pero no una acción del tipo terrorista.

"Los peritajes tanatológicos dicen relación con la existencia del delito que no es un tema que cuestione la defensa. El carácter del delito sí está siendo cuestionado, en el sentido de que no estamos en la presencia de un delito terrorista, pero sí de un incendio con resultado de muerte y sabemos que es un delito muy grave", enfatizó Ortega.

De las nueve personas que declararon ayer, un total de cinco son testigos. El primero de ellos, el suboficial mayor del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) de Temuco, César Apablaza.

El funcionario policial fue el encargado de retirar -en cadena de custodia- la vestimenta que portaba el mapuche del sector Lleupeco, desde el Hospital Regional de Temuco.

El machi de la comunidad Chicahual Córdova de la comuna de Padre Las Casas, fue trasladado hasta el centro asistencial la mañana del 4 de enero, luego de ser detenido herido a bala a unos mil 200 metros de la casa siniestrada.

Córdova Tránsito vestía ese día unos zapatos talla 45, un polerón negro sobre una polera del mismo color, una chaqueta oscura marca Americanino. A la altura del cuello una polera blanca y una linterna que estaba sujetada con una pequeña cuerda de nylon.

Todos estos elementos fueron reconocidos por Apablaza ante el tribunal, lo que para la Fiscalía establece que los zapatos usados por el machi Celestino son los mismos en los que fueron encontradas semillas de papas y que permitirían sustentar -a juicio del Ministerio Público- que el acusado pasó por un sembradío ubicado a 500 metros del incendio.

Versión que fue desestimada ayer por la defensa particular del indígena, indicando que esas semillas se pueden encontrar en toda la Región y además "la persona que hizo el análisis no vino a declarar, ya que sería una alumna en práctica", sostuvo.

Otro de los testigos que ofreció el Ministerio Público fue el jefe de Estudios Técnicos del Cuerpo de Bomberos de Temuco, Marco Aguayo, quien señaló al tribunal las características del incendio que afectó el inmueble ubicado en el fundo Granja-Lumahue.

Según Aguayo las marcas de destrucción en las paredes de cemento de la casa patronal indican que el calor en su interior pudo alcanzar entre 800 y los mil grados Celsius.

El voluntario de Bomberos con más de 34 años de experiencia en el área, confirmó que ambos cuerpos estaban a una distancia de un metro y que cayeron desde el segundo piso, ya que los restos del colchón se encontraban bajo los mismos.

Un perito químico de la PDI en la ciudad de Concepción confirmó la presencia de gasolina al interior de un vehículo Subarú Forester blanco, que también intentó ser quemado esa fatídica madrugada del mes de enero.

Por su parte, el miembro de la Brigada de Homicidios de la PDI, Luis Espinoza, atestiguó en el juicio que el arma de Werner Luchsinnger fue encontrada muy cerca de él y que esa noche fue percutada, ya que se encontró una bala en la recámara.

El detective de la PDI también confirmó el hallazgo de un cargador vacío de la Browning 7.65 milímetros y un cañón de escopeta. Ambos elementos muy cerca de los restos del agricultor.

Además, el policía detalló los cartuchos y vainillas que se encontraron alrededor de la casa, incluso una munición 9 milímetros, que según dijo podría pertenecer a una subametralladora.

El machi Celestino Córdova Tránsito es el único detenido del caso y la Fiscalía está solicitando una pena de presidio perpetuo calificado por el crimen de los agricultores de Vilcún. Esto significa que recién en 40 años podría solicitar beneficios extra penitenciarios.

A esto se suma una pena de 36 años de presidio por el ataque incendiario al fundo Santa Isabel de Lautaro, propiedad de la familia Seco-Fourcade. Aún no se presentan pruebas por el hecho.