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Unas 137 denuncias por presunta desgracia recibió la PDI en 2013

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Camila Garrido

La noche del 5 de noviembre de 2011 sus amigos lo vieron por última vez. Se trata de Jorge López Cheuquepán, el bombero de la Primera Compañía de Curacautín, quien a estas alturas debería tener 23 años.

Esa madrugada, de acuerdo a la investigación realizada, se supone que Jorge abandonó el campamento en donde se había acostado a dormir junto a su polola en el sector de Malalcahuello, distante a 35 kilómetros de Curacautín.

Desde entonces, tal como relató en su momento su padre Florencio López, nunca más se le volvió a ver. Literalmente, fue como si se lo hubiera tragado la tierra.

Lamentablemente, este emblemático caso que hasta el día de hoy no ha arrojado humo blanco para la tranquilidad de su familia, no es una estadística aislada, ya que el año pasado en La Araucanía se reportaron 137 denuncias por presunta desgracia.

Esto es un promedio de 11,4 casos mensuales o casi 3 a la semana, según información proporcionada por la Jefatura Nacional de Ubicación de Personas de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).

Coincidentemente, según los catastros de la PDI, son los adolescentes quienes más desaparecen sin dejar rastro, ya que según explica la subcomisario y sicóloga de la Brigada de Ubicación de Personas Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI), Andrea Campos, "se dejan llevar más por las emociones".

Por lo mismo, Campos indica que "hay que fijarse en el estado emocional de la persona en los momentos previos a la desaparición y también si salió sola de su domicilio o si se llevó pertenencias y de qué tipo".

Asimismo, la terapeuta familiar y académica del Departamento de Psicología de la Universidad de La Frontera, Paula Alarcón, recalca que toda comunicación que parta reconociendo su necesidad e individualidad (del adolescente) caerá en terreno fértil y por ende facilitará la comunicación.

"El discurso es el siguiente: entiendo lo importante que es para ti ir a ese recital y nos gustaría que pudieras disfrutarlo, pero ahora te necesitamos aquí, porque eres muy importante para nosotros", ejemplifica la especialista.

En el fondo, explica la profesional, hay que tener en cuenta las percepciones de los hijos.

El jefe de la Brigada de Ubicación de Personas Metropolitana de la PDI, el subcomisario Alfredo Cáceres, quien se encuentra en la zona por el proceso de búsqueda que se realiza a raíz de la desaparición del joven bombero de Malalcahuello, señaló que no existe un plazo de 24 ó 48 horas para realizar las denuncias por presunta desgracia en el caso de extravío de un familiar.

"Cuando uno tiene antecedentes o presume que una persona está en riesgo debe acercarse a la autoridad, porque entre más rápido se haga una investigación, normalmente hay más posibilidades de tener éxito", aseveró Cáceres.