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Carrera más feliz del planeta fue una explosión de color en Pucón

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Andrea Arias

Es domingo 9 de febrero y son las 8.30 en Pucón. Y como si se tratara de un comercial televisivo, de todas las esquinas y edificios comienza a salir la gente preparada para correr con rumbo al Estadio Fiscal Osvaldo Muñoz Carrillo.

Sin importar el género, altura, edad o contextura, todos visten la misma polera blanca que anuncia con letras de todos colores la corrida de 5 kilómetros más feliz del planeta.

Se trata The Color Run, una franquicia internacional que sólo el año pasado triplicó su crecimiento en cuanto a eventos y que está presente en más de 70 países.

El hombre que la trajo a Chile es Antonio Calleja, el dueño de la productora santiaguina "Implementa", empresa que está realizando el tour del verano de la marca en el país.

Ya estuvieron en La Serena y el 23 de febrero será el turno de Viña del Mar, mientras que en el sur del país eligieron a Pucón para promover la divertida corrida de color.

"Hace 4 años fui a Estados unidos y corrí la carrera y como me gustó tanto solicité la franquicia para traerla a Chile. Esto es una invitación a realizar deporte en familia y con amigos, pero sin el carácter competitivo, sino recreativo: lo que queremos es que la familia haga deporte de manera entretenida", explica Calleja, quien está a minutos de subir al escenario que se dispuso en el estadio, desde donde se realizó la cuenta regresiva para dar inicio a la carrera.

Los colores de la corrida son inocuos para la piel y la ropa: vienen en pequeños sachet de polvos de colores que se fabrican en la India y que la productora distribuyó a los deportistas en el momento de la inscripción junto a la polera.

Según consigna Jorge Céspedes, encargado de marketing de Sura, principal colaborador del evento, "los polvos que se utilizan en The Color Run están presentes en un festival de la India desde hace muchos años".

Cuando faltaban 15 minutos para las 9 de la mañana, en el estadio de Pucón habían ayer más de 6 mil personas provenientes de todo el país y también turistas extranjeros, todos dispuestos a correr los 5 kilómetros.

La emoción, la camaradería, los lazos de amistad y la efervescencia de la actividad fueron el cóctel de energía que alentó a los corredores.

No había límite de edad. De hecho, mamás y papás llevaron a sus hijos pequeños, inclusive en coches. Mientras que el tradicional atuendo de carrera fue modificado por más de un competidor, sobre todo, jóvenes, quienes lucieron divertidas prendas y accesorios, como si se tratara de Año Nuevo.

La mayoría de los competidores se inscribió con la familia y amigos, con el único propósito de experimentar un momento de máxima entretención, mezclado con la vida sana.

Pero también hubo corredores que llegaron por motivos personales, más allá del gusto por el deporte. Este es el caso de Juan Pablo Peña (42) de Temuco, quien se inscribió con dos de sus 4 hijas: Maite (11) y Amaya (13).

Juan Pablo confiesa que desde hace un tiempo se está entrenando para escalar y enfrentar nuevos desafíos como runner. "Hace poco corrí la promocional de Pucón y estamos entrenando para avanzar", confirma este padre que se inscribió junto a Maite y Amaya para correr por otra razón de carácter familiar.

"Una de mis hijas que no vino tuvo un grave accidente en una moto hace 2 días. Afortunadamente no pasó a mayores y por ella estamos aquí con todas las ganas", declara y de paso -con la misma picardía de un niño- enseñaba su cinturón que elaboró con los sachet de polvos de color: "son mis armas para la carrera", recalca.

Y dentro de los corredores que viajaron desde otros puntos del país en forma exclusiva está Josefina Reichert (19), quien estudia diseño en Santiago. "Estoy de vacaciones y una amiga me instó a que viniéramos. La verdad es que me encanta trotar y esto de agregarle música, color y amistad, además en un escenario natural como éste, encontré que era una experiencia que había que vivir", sostiene Josefina.

Si bien de Pucón no hubo una respuesta masiva en cuanto a participación, la familia Carrillo Pincheira, un matrimonio joven que llegó con su pequeño hijo de un año recomienda a ojos cerrados la iniciativa.

"Es un panorama familiar muy entretenido y pensamos que la gente de Pucón de a poco debería incentivarse por participar. Le hace bien a la ciudad y a la familia, nos encanta que haya llegado a Pucón", afirma el padre de familia, Bruno Carrillo.

A quien también se le vio hinchado de orgullo por la corrida fue al alcalde de Pucón, Carlos Barra. "Somos un escenario de grandes eventos y por tanto no podíamos estar ausentes de algo tan importante que se está realizando en nuestro país. Tal como sucedió con el Ironman de Pucón, yo creo que esta carrera también se va convertir en algo tradicional de la temporada", asegura el edil.

A las 9.25 minutos comenzaron a llegar a la meta los primeros corredores, cubiertos de pintura fucsia, amarilla, verde y morada. El circuito contempló avanzar desde el estadio hasta el lago Villarrica y La Poza, mientras que el regreso fue por las calles del centro de Pucón hasta volver por la Avenida Colo Colo.

Durante la carrera los deportistas enfrentaron 4 arcos de colores y una vez que los atravesaban, los organizadores del evento provocaban una nube con los polvos que no dejó a nadie libre de los colores del arcoíris.

Y si a esas alturas ya no se distinguían bien los rostros o el color del pelo de los corredores, lo que vino después junto al escenario y la música que los mantenía saltando fue una explosión de color. La provocaron en más de una ocasión los asistentes con su sachet de polvo en la mano y a la cuenta regresiva de los animadores.