Carlos Véjar
"Son sus mismos ojos, los mismos que le pedí y rogué que no me hiciera daño. No es la manera de dañar gente inocente, menos a una madre que ve a sus hijos encañonados".
Con esas palabras, y mirándolo fijamente a los ojos, María Isabel Fourcade, reconoció en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco al machi Celestino Córdova Tránsito como el líder del ataque incendiario a su casa, en diciembre de 2012.
El comunero, además de ser acusado por la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, es imputado del atentado incendiario al fundo Santa Isabel de Vilcún, donde encapuchados quemaron la casa patronal, un quincho, tres vehículos, robaron armas de fuego y quemaron a tres mascotas.
El testimonio de Fourcade, quien es esposa de Pío Seco, el dueño del predio, corresponde al primer testigo presencial que sitúa a Celestino Córdova participando de uno de los dos atentados que se le imputan al machi de Yeupeco.
La mujer, quien lloró y se mostró angustiada durante gran parte del desarrollo de su declaración, fundó este reconocimiento en dos elementos: la chaqueta y los zapatos que vestía esa noche.
Ambas prendas, que fueron conseguidas por la policía tras la detención del acusado la mañana del 4 de enero, le fueron exhibidas a Fourcade. La mujer afirmó que esa chaqueta y zapatos eran los que vestía Celestino Córdova esa noche.
Fourcade también relató cómo fueron los minutos durante los que interactuó con el líder del ataque a su casa. Esto sucedió al interior del quincho del predio, donde estaba ella y su esposo, Pío Seco. También se encontraban su hija Marcela Seco y el marido de ésta, Juan Serra; y en otro lugar aledaño, permanecían dos mujeres que realizan labores domésticas: Zoila Cea y Guadalupe Urrutia.
Los cuatro primeros compartían en la citada zona del fundo, puesto que su hija y el yerno regresaban de un viaje. Fue en ese momento en que los encapuchados ingresaron al quincho y redujeron a la familia, a las 23.30 horas.
"Le conversé mucho, porque pensé en todo momento que iban a matar a mi hija. Les ofrecí dinero... pero me respondió que querían armas y tierra. Después me dijo que era un atentado indígena, por Matías Catrileo", dijo.
También sostuvo que temió por la vida de toda su familia. "En un momento esta persona gritó 'proceder'. Cuando dijo esa palabra pensé que nos iban a matar. Les supliqué por mis nanas y las sacaron de la casa. Ahí prendieron unas antorchas y quemaron mi casa. Nunca me imaginé que iba a vivir una situación al límite de esto", detalló.
Durante la mañana de ayer también prestó declaración Pío Seco, dueño del fundo Santa Isabel. Desde su óptica, también se refirió a cómo vivió este ataque.
Puntualizó en un episodio en particular, cuando trató de repeler a los encapuchados, cuyo ataque lo calificó como acto terrorista.
"Yo quería defenderme de un ataque terrorista (...) Tal como lo hace un ser humano si ve en peligro a su familia. Y si había que matar, lo hubiese hecho. Es la única circunstancia en que lo haría", declaró.
Seco aclaró que su idea era ocupar alguna de las armas que mantenía en su casa, sin embargo, fue interceptado por los individuos, quienes lo golpearon y redujeron.
Al ser consultado por el fiscal Alberto Chiffelle, sobre cómo le cambió su vida la noche del 22 de diciembre de 2012, Seco indicó que "ya no soy un hombre libre. Me fueron a sembrar el pánico, el miedo y el terror a mi propiedad (...) Me cagaron la vida. Ahora estoy hacinado en cuatro paredes. Hoy ninguna hija le da permiso a mis nietos para que vayan al predio. Y eso me lo como por culpa de nueve locos y un ideal que no existe", acusó.
Pablo Ortega, defensor del machi, cuestionó el reconocimiento hecho por Fourcade, ya que existirían contradicciones entre la declaración conocida ayer y lo que dijo la víctima a la Fiscalía en la etapa de investigación.
Esto tiene que ver con que Fourcade dijo en estrado que desconocía, en un inicio, de quién era la ropa que se le mostró. Sin embargo, sí declaró saberlo la tarde del cuatro de enero, durante una diligencia posterior a la detención de Córdova por el caso Luchsinger.
"Hay pequeños detalles que los abogados estamos acostumbrados a ver. Creemos que el reconocimiento no rompe con la presunción de inocencia", señaló.
Para el fiscal regional, Cristián Paredes, la declaración de Fourcade "fue marcada por la emoción y la experiencia traumática vivida. Relató todo lo que pasó esa noche (...) Hubo preparación, es un acto premeditado y nada quedó al azar. Incluso la víctima reconoció los ojos de Córdova".