Redacción / Agencias
Varios miles de empleados públicos y seguidores del Gobierno venezolano salieron ayer a marchar por el centro de la capital para respaldar al Presidente Nicolás Maduro y condenar los violentos incidentes ocurridos esta semana en Caracas y otras ciudades del interior del país, que dejaron tres muertos, 66 heridos y decenas de detenidos.
Al ritmo de canciones revolucionarias y reggaetón, los manifestantes marcharon portando banderas nacionales y afiches con el rostro del fallecido ex Presidente Hugo Chávez.
La marcha oficialista culminó en la céntrica avenida Bolívar donde se concentraron y realizaron prácticas de deportes, bailaron y escucharon conciertos, hasta que se incorporó el Presidente Nicolás Maduro y su equipo de Gobierno.
En un discurso transmitido a la nación en cadena de radio y televisión, Maduro acusó a sus opositores de usar la violencia para desestabilizar su Gobierno y derrocarlo. "A un grupo de muchachos que han adoctrinado en el odio... que han dicho que no van a salir de la calle hasta que Maduro renuncie", sostuvo.
El Mandatario advirtió que no tendrá debilidad alguna para enfrentar las protestas estudiantiles que se han extendido por las principales ciudades del país. "El fascismo se combate con la ley y con la justicia y con castigos severos", dijo.
Maduro, sin mencionarlos por sus nombres, responsabilizó al dirigente opositor Leopoldo López y a la diputada María Corina Machado de los hechos del miércoles. "El fascista que se la pasa con la sobredosis y la voladora, llamado 'El Trono' (como suele referirse a López) mandó a estos muchachitos violentos, entrenados por él a destruir media Caracas, él fue a esconderse, es un cobardón, como todos los fascistas es un cobarde. Un tribunal de la república ordenó su detención el propio 12 de febrero y las fuerzas de seguridad del Estado lo están buscando. Entrégate cobarde. El pueblo quiere justicia".
Maduro ordenó la suspensión de las rutas del tren metropolitano que atraviesan el municipio capitalino de Chacao y los servicios complementarios de autobuses", afirmando que la decisión la tomó luego que fueron atacados por manifestantes. "No podemos tener un minuto de debilidad porque se trata de derrotar una corriente fascista que quiere acabar con la patria que tenemos", indicó el mandatario, quien aseguró que las protestas son financiadas desde el exterior, supuestamente entre ellos el ex Presidente colombiano Alvaro Uribe, afirmando que "está financiando las corrientes fascistas en Venezuela".
Maduro ha dicho que los recientes hechos violentos en el país serían parte de un plan, apoyado por EE.UU., para replicar los disturbios que precedieron el golpe de 2002 que sacó brevemente del poder a Chávez. En Washington, la Casa Blanca negó que tuviera alguna participación.
"Aquí hay un plan de los fascistas en EE.UU., de Uribe y los fascistas aquí para usar a los jóvenes para la desestabilización. Estoy aquí el día de hoy para decirle a esos venezolanos y al mundo que la revolución continúa", dijo Manuela Vivas, una ama de casa venezolana de 54 años.