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Fly Board, el nuevo deporte que conquistó la zona lacustre

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Cecilia Paiva

Disfrutar del agua y a la vez sentir la adrenalina de volar ya es posible gracias a un inédito dispositivo desarrollado en el año 2011 en Francia, pero que sólo este año logró popularizarse en Chile y específicamente en la zona lacustre de La Araucanía, donde encontró sus mayores adeptos.

Se trata del Fly Board, una tabla que se conecta a una moto acuática a través de una manguera de 15 metros, generando un gran chorro de agua que permite elevarse y hacer piruetas, no obstante el usuario también se puede sumergir y bucear.

Durante este 2014, algunos emprendedores recorrieron las playas de Villarrica y Pucón ofreciendo el servicio y cobrando alrededor de 40 mil pesos la hora de uso, sin embargo también hubo personas que compraron la tabla para utilizarla de manera personal y aprender nuevas técnicas.

Los hermanos Neelesh (24) y Nihal Dinani (17) llegaron desde Santiago a pasar las vacaciones en Licán Ray, como lo hacen cada verano. Este año, sin embargo, tuvieron un febrero distinto y muy entretenido, pues hace tres semanas adquirieron el Fly Board.

"Lo conocí mediante las competencias internacionales en las que participo. Hace tres años apareció un chico en Perú volando y me quedó gustando. Empecé a averiguar, este año llegó a Chile y lo compramos", cuenta Neelesh, quien se dedica en sus tiempos libres a manejar motos de agua y participar en torneos.

Analizando la posibilidad de importarlo desde Estados Unidos, un día el estudiante de ingeniería mecánica se topó con el Fly Board en una vitrina en Santiago, luego lo trajeron al sur, lo probaron y en definitiva lo compró, a un valor de tres millones 900 mil pesos.

Fue así como los hermanos Dinani, fanáticos de los deportes náuticos desde que tenían sólo cuatro años, lograron adquirir el dispositivo que sólo una decena de chilenos ya tiene en su poder.

"El primer día que lo utilicé fue muy entretenido. No es complicado, simplemente hay que tener equilibrio y fuerza de piernas para poder mantenerse estable en el aire. Es súper fácil de usar y uno puede alcanzar alturas de diez a doce metros", relata el joven.

Sobre lo que ha aprendido en estas semanas de uso, asegura que "estamos alcanzando una altura de siete u ocho metros, lo que es bastante alto. Lo tenemos casi dominado y estamos sacando algunos trucos. Lo más fácil es el delfín: uno va en el aire, se tira un piquero, y luego vuelve a salir a flote, tal como un delfín saltando".

Además de la técnica mencionada, Neelesh asegura que su hermano menor ahora está intentando un mortal hacia atrás y en algunas semanas más debería lograrlo sin problemas.

Como para la práctica del Fly Board se necesita una moto acuática que propulse a través de la turbina, uno de los jóvenes debe conducir, en tanto el otro vuela por sobre el agua.

No obstante, actualmente hay a la venta un control que permite al piloto del fly board manejar la moto acuática desde el aire, sin la necesidad de que una persona esté a bordo.

Aunque tiene sólo 17 años, la mañana de ayer Nihal Dinani cautivó a los bañistas que se encontraban en la Playa Grande de Licán Ray. El estudiante de tercero medio, con la ayuda de Neelesh a bordo de la moto acuática, estuvo cerca de 20 minutos volando sobre el lago Calafquén y demostrando todo lo que ha aprendido durante este mes.

"Mi hermano me contó que existía el fly board, empezamos a ver videos en Youtube y cuando supimos que llegó a Chile lo compramos. La primera vez que me subí fue raro por tener los chorros de agua bajo los pies, pero me acostumbré y me empezó a gustar", señala el adolescente fanático de los deportes acuáticos y también del snowboard.

"El movimiento de talones que se hace en el snowboard es casi igual al que hago ahora, así que no es tan complicado. Lo que sí, es que cuando uno está arriba cuesta mantenerse estable porque los chorros te expulsan fuerte y empieza a tiritar. Ahí uno se descontrola un poco, pero es sólo cosa de costumbre", comenta Nihal.

Con la práctica y las cerca de diez veces que ha subido al fly board, cuenta que puede permanecer alrededor de 10 minutos sobre la tabla, girar estando en el aire y realizar la voltereta hacia atrás, aunque aún debe perfeccionarla.

Rodrigo Ramírez, gerente comercial de la empresa Motor Doo, es el representante de Fly Board en Chile y trabaja con la marca de motos más utilizada para la práctica de este nuevo deporte náutico.

"La temporada pasada lo trajimos a Rapel y se hicieron como 300 horas de Fly Board para probar y ver si a la gente le gustaba. Este fue el primer año que se trajo para comercializar y se trajeron 12 ó 13. Un tercio se vendió para el área comercial y arriendo, y el resto enfocado a personas naturales", comenta sobre las ventas del dispositivo francés.

"Ahora deben haber unos 15 Fly board en Chile, de los cuales cerca de dos tercios están vendidos y los que quedan están tratados para fin de temporada. Donde más se venden es acá en La Araucanía, porque son más fáciles de utilizar. En el mar es más complicado por las condiciones de frío y sus movimientos. En Pucón hay dos o tres y en Licán Ray tenemos cuatro", señala Rodrigo.

Respecto a los implementos que se necesitan para la práctica de este deporte, el representante de Moto Doo afirma que "hay que tener una moto, por lo que la inversión en un principio no es menor. Con una moto vieja también se puede, pero lo ideal es que tenga 155 HP hacia arriba, para alcanzar los 6 ó 7 metros de altura, aunque con 215 HP se pueden hacer piruetas y otras cosas".

Sobre el valor del Fly Board, indica que cuesta 4 millones 900 mil pesos, pero la idea es poder bajar el valor a medida que aumente su volumen. Para la próxima temporada, en tanto, hay entre 10 y 20 reservas, por lo que en Chile esto recién está comenzando.

Si bien en nuestro país recién este 2014 el producto llegó a manos de emprendedores y de adeptos a los deportes náuticos, en otros puntos del orbe el Fly Board es todo un éxito y ya se desarrollan competencias que ponen a prueba la destreza sobre la tabla.

"Hay gente que conozco de fuera del país que lo domina bastante. Se tiran un piquero desde los cuatro metros y en un segundo suben nuevamente y llegan a los quince metros, pero es gente que lleva años practicando", cuenta Neelesh.

Lejos de ser sólo un pasatiempo, en sus tres años en el mercado el Fly Board ha conseguido varios fanáticos a nivel mundial y de hecho se han realizado campeonatos.

"En Dubai se hizo un torneo que consistía en hacer piruetas y lograr la mayor altura, básicamente conseguir los mejores trucos. En Chile estamos recién partiendo, pero en otros países como Estados Unidos lleva dos años, y en Francia, donde se creó, ya hay mucha gente que lo domina", relata el joven santiaguino.

Sobre la posibilidad de que este deporte se masifique en nuestro país, Neelesh asegura que cuando practica en su casa de veraneo ubicada a orillas del Calafquén, mucha gente se acerca a preguntar y se muestra interesada en obtener uno.

"Es muy atractivo y cuando practicamos siempre llegan lanchas a mirar. De repente se paran diez o quince y se quedan observando mientras uno está en el aire porque lo encuentran entretenido. Mucha gente se ha interesado y nos van a preguntar al respecto", finaliza.