Diferencias regionales
Las regiones no han podido utilizar plenamente sus recursos.
O cho veces es la diferencia entre el PIB per cápita de Antofagasta y La Araucanía para el año 2012, que es el último ejercicio del cual se disponen las cifras oficiales publicadas por el Banco Central de Chile. Mientras para la región del norte el ingreso per cápita alcanza los US$37.205 para La Araucanía llega a US$ 4.641 medido en dólar promedio de 2012. Esto es equivalente a que en Antofagasta el ingreso promedio mensual se empina por sobre $1,5 millón; mientras que en La Araucanía un habitante promedio recibe cerca de $190.000 cada mes.
Una diferencia abismante para un país que camina al desarrollo, pero sin embargo estas cifras reafirman y desnudan una vez más el problema de distribución de ingresos y las significativas brechas territoriales que persisten en cuanto a bienestar.
Si consideramos que para 2012 el PIB per cápita de Chile estaba en torno a los US$16.000, vemos que apenas sólo dos de las quince regiones superan esa media nacional (Antofagasta y Atacama), es decir, la gran mayoría de los chilenos vive con un ingreso per cápita muy por debajo de las cifras macroeconómicas promedio país; algo que no es gran novedad pero que trasciende a la dimensión territorial.
Más allá de que las cifras del norte estén un tanto infladas por la actividad minera y de aceptar que el PIB per cápita no es una medida perfecta de bienestar, es innegable que las diferencias de ingresos interregionales son una señal de alarma que debiera estar más al centro de la discusión y las decisiones de políticas públicas y sociales.
La Región de La Araucanía merece especial atención por repetir varios años esta última posición relativa entre las regiones. Creo que tal como el país diseña una agenda pro crecimiento, urge una agenda similar específica para la región.
Chile no puede darse el lujo de crecer con estas altas brechas territoriales, así no podemos hablar de desarrollo inclusivo.
Por lo demás, la actual situación implica un sub aprovechamiento del potencial productivo, riqueza y talentos que tienen las regiones.
La Ocde ya lo ha manifestado, señalando que la economía de Chile se ha fortalecido durante los últimos 20 años. Sin embargo, hasta la fecha, las regiones chilenas no han podido utilizar plenamente sus recursos y, por consiguiente, no han alcanzado su potencial de crecimiento, lo que limita la capacidad de crecimiento del país.
De hecho el organismo recomienda que Chile adopte una perspectiva regional más firme con respecto al desarrollo económico con el fin de aprovechar al máximo las distintas oportunidades de las regiones y mejorar el desempeño del país en su conjunto, lo que pasa por implementar políticas basadas en el territorio, enfocadas a mejorar la calidad y distribución de inversiones y servicios públicos para las regiones
economista U. Autónoma