Más de una hora de conversación 'franca y sincera' sostuvo ayer el intendente Francisco Huenchumilla con el machi Celestino Córdova en la cárcel de Temuco. El jefe regional dijo que su visita no era de carácter 'protocolar' y que se enmarcaba dentro de lo que él llamó 'política de anticipación'.
Huenchumilla llegó al penal a las cinco de la tarde y salió una hora después. Una vez afuera del recinto bromeó diciendo que fue 'a tomar once' para luego dar pistas de la charla que sostuvo con Córdova, único sentenciado a 18 años de presidio por el incendio que causó la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay el 3 de enero de 2013 en el fundo Granja Lumahue, condena que fue ratificada por la Corte Suprema el pasado 12 de mayo.
El 13 de mayo Celestino inició una huelga de hambre solicitando ser trasladado hasta el Centro de Estudio y Trabajo de Vilcún.
'Aquí en la cárcel tenemos una persona, que es el machi Celestino Córdova en huelga de hambre, y todos sabemos que estas huelgas normalmente escalan en el tiempo, así ha sido la experiencia'. Así inició su charla con la prensa el intendente Huenchumilla.
Luego explicó que su visita iba de la mano con su declarada 'política de anticipación' y por ello, dijo, 'he tomado la decisión de venir acá para saber cuáles son los motivos y las peticiones que él tiene para estar en huelga de hambre', agregando que el tema 'es potencialmente un conflicto, entonces yo tengo que adelantarme'.
El demócrata cristiano aseguró que no fue mandatado desde La Moneda para conversar con Córdova, pero que de todos modos 'le reportaré al señor ministro del Interior (Rodrigo Peñailillo) los resultados de esta visita y el porqué esta persona está en huelga de hambre', dijo.
La visita de Francisco Huenchumilla al penal de Temuco se produce días después que el Gobierno firmara un acuerdo con cuatro mapuches - Luis Marileo, Cristian Levinao Melinao, Leonardo Quijón Pereira y Cristian Curinao -que participaron de una prolongada huelga de hambre en Angol.
Los huelguistas lograron que el Gobierno accediera a trasladarlos hasta el Centro de Estudio y Trabajo de Victoria, lo que se hará en un plazo de 60 días y que se conformara una mesa para analizar la Ley Antiterrorista, específicamente los testigos protegidos.
En esa ocasión el intendente también aplicó su estrategia de anticipación y visitó a los huelguistas en el penal de Angol, para luego hacerle llegar el pliego de peticiones al Ministerio de Justicia, entra ellas revisar las causas por las cuales habían sido condenados, solicitud que no tuvo una inmediata respuesta, generando incomodidad en la máxima autoridad regional.
Para la Asociación de Víctimas de Violencia Rural de La Araucanía, la visita 'no protocolar' tampoco cayó del todo bien.
Alejo Apraiz, vocero de la asociación sostuvo que la reunión es 'incomprensible' y que 'el señor Huenchumilla no se nos ha acercado para conocer nuestra realidad'.
Apraiz agregó que 'Celestino Córdova es un delincuente y no entendemos cómo el Gobierno Regional le da tanta importancia'.
Por último espera que el intendente se preocupe de ellos, porque hasta el momento dice 'parece que no le interesa'.
Las opiniones del mundo político sobre esta visita no tardaron en llegar. Desde el oficialismo, el senador del PPD, Eugenio Tuma, dijo que la cita desde la perspectiva política no 'es una buena señal'.
Tuma agregó que en estos casos habría que 'ocupar la prudencia' puesto que Córdova 'hizo el crimen más horrendo en los últimos años en la Región' y por ende era una mala señal para las víctimas.
'¿Qué le dices después a las víctimas? Es complejo. Si quería saber de Celestino Córdova podría haber mandado a otra persona', sentenció.
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